El magnate Roman Abramovich, dueño de una fortuna personal de 16.000 millones de dólares, niega tener vínculos con el presidente ruso, pero vende el club londinense Chelsea y su casa de 267 millones de dólares, también en la capital británica, debido a las restricciones que el gobierno inglés impuso a los empresarios rusos ante el conflicto con Ucrania.
El Gobierno británico en su intento de poner fin a la escalada de tensión en Ucrania impuso la semana pasada sanciones a bancos y millonarios rusos cuya importancia es estratégica para el presidente Vladimir Putin.
Los asesores de Abramovich en Raine Group (su empresa de inversión) buscan ofertas de al menos 3.000 millones de libras, alrededor de unos 4.000 millones de dólares. Cabe recordar que el ruso compró la institución inglesa en 2003 por “apenas” 100 millones de libras.
Entre los posibles compradores aparece la figura de Hansjorg Wyss, un empresario suizo de 86 años, dueño de Synthes Holding, un fabricante de dispositivos médicos. El titular ruso ya recibió una oferta suya para comprar Chelsea el martes, junto con otros tres posibles compradores cuya identidad no fue revelada.
Incluso se rumoreó la intención del luchador Conor McGregor de adquirir la institución, aunque no se sabe cómo podría hacerse con el dinero, ya que según las estimaciones, su fortuna no sería de más de 500 millones de dólares, más allá de que el irlandés ha tenido éxito en el ámbito empresarial que le han hecho duplicar los montos que ha ganado por sus combates.
Un dato curioso sobre el luchador es que antes había intentado comprar Celtic de Glasgow, Escocia, a pesar de que públicamente se lo conoce como fanático de Manchester United. Incluso en varias entrevistas a expresado su intención de jugar para dicho equipo.
Sea cual fuere el comprador, lo que es cierto es que uno de los clubes más importantes del mundo cambiará de dueño. Solo resta saber si el próximo propietario podrá darle el mismo éxito y la misma cantidad de títulos que Abramovich ha sabido darle desde su llegada.