La invasión de Rusia a Ucrania iniciada hace dos días, generó una ola de sucesos y medidas internacionales que no dejan al deporte afuera. Incluso, cuando la política y las competiciones se mezclan, más probabilidades hay de que algo cambie. En esa situación se encuentra Roman Abramovich, empresario ruso que es dueño del Chelsea FC desde 2003.

Abramovich, uno de los hombres más poderosos de su país, con una fortuna estimada en 14 mil millones de dólares, también ejerció la política al ser gobernador de la región de Chukotka entre 2001 y 2008, con la cual formó vínculos cercanos con los presidentes Boris Yeltsin y luego con el mismo Vladimir Putin.

Mientras se potencia la presión para castigar a los hombres cercanos al presidente ruso por la invasión de Ucrania por parte de dicho país, el empresario tiene una póliza de seguro multimillonaria en caso de que el Reino Unido busque sus activos: su querido Chelsea FC.

Esto se debe a que el club que Abramovich compró por unos 190 millones de dólares en 2003, amó, cuidó y convirtió en el ganador de la Liga de Campeones de la UEFA en dos ocasiones, fue valorado por Forbes en 3.200 millones de dólares el año pasado. Y, a su vez, le debe al multimillonario ruso, su propietario mayoritario, la impactante suma de 2.000 millones de dólares.

Esto haría que si el gobierno inglés quiere intervenir en la situación y embargar el club, Abramovich puede pedir que se le devuelva el préstamo que cedió al club, lo que haría que el Chelsea quiebre. Dicha situación sería un golpe muy grande, no solo para el fútbol inglés, sino para el europeo y mundial.

La situación refleja cómo la crisis que se está desarrollando podría impactar en el mundo del deporte, especialmente cuando muchos equipos se apresuran a cortar lazos con Rusia. Al respecto, según Forbes, el FC Schalke 04 de la Bundesliga alemana anunció el jueves que retiraba el logotipo del gigante energético ruso Gazprom de sus camisetas. 

Y el Manchester United podría retirar como sponsor a la mayor aerolínea rusa, Aeroflot, después de que las sanciones prohibieran a la compañía operar en el Reino Unido. A su vez, la UEFA va a trasladar la final de la Liga de Campeones fuera de San Petersburgo; y la FIA declaró que el Gran Premio de Rusia de Fórmula 1, que iba a disputarse en Sochi, se retirará del calendario de este año.