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El contrato de Lionel Messi con el Inter de Miami en la MLS ha sido motivo de atención desde su llegada a la liga. Con un salario anual que supera los 20,4 millones de dólares en su primera temporada completa, Messi ha establecido un nuevo estándar en cuanto a remuneración en el fútbol estadounidense. Este monto excede las nóminas de la mayoría de los clubes de la liga, con la excepción de tres destacados.

Messi, quien se unió al Inter a mediados del año pasado, tiene un salario base de 10,4 millones de dólares, pero su compensación total asciende a 20.446.667 de dólares anuales. Esta cifra, revelada por la Asociación de Jugadores de la MLS en su último informe de salarios, incluye bonificaciones de mercadeo y pagos a agentes, abarcando todos los aspectos de su contrato con la liga hasta la temporada 2025. Es importante destacar que este reporte no incluye otros acuerdos que Messi pueda tener con el equipo o sus afiliados, así como bonificaciones por rendimiento.

En términos de productividad en el campo, Messi ha demostrado su valía, marcando 10 goles en lo que va de la temporada. Si bien esta cifra lo coloca cerca de los líderes de goleo, es un testimonio de su impacto en el juego, incluso a su edad de 37 años. Además, sus compañeros de equipo, como Sergio Busquets y Luis Suárez, también reciben salarios significativos, lo que destaca el enfoque ambicioso del Inter de Miami en la construcción de su plantilla.

Sin embargo, el impacto financiero de Messi en la MLS va más allá de su propio salario. La presencia del astro argentino ha aumentado la visibilidad y el atractivo de la liga, atrayendo la atención de aficionados de todo el mundo y generando una mayor exposición mediática. Esto podría tener efectos duraderos en la percepción de la MLS a nivel global y en su capacidad para atraer talento de élite en el futuro.

En resumen, el salario de Lionel Messi en la MLS no solo establece un nuevo estándar en cuanto a compensación en la liga, sino que también refleja el crecimiento y la ambición del fútbol en Estados Unidos. Su impacto trasciende el campo de juego y podría tener implicaciones significativas para el futuro del deporte en el país.