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El 2024 ha sido un año clave para el fútbol en la República Dominicana, especialmente para el fútbol femenino, que ha comenzado a mostrar su potencial en la escena internacional. Con la reciente participación del equipo Sub-17 en la Copa Mundial Femenina de la FIFA, a pesar de no avanzar más allá de la fase de grupos, el sentimiento entre las jugadoras y su cuerpo técnico es uno de esperanza y ambición. La dirigente Betzaida Ubri ha sido una voz fundamental en este proceso y comparte su visión de que el fútbol es, sin duda, “el deporte del futuro de República Dominicana”.
Un camino de aprendizaje
La competencia a nivel mundial representa no solo un desafío, sino también una oportunidad invaluable para las jóvenes jugadoras dominicanas. Ubri destaca que, aunque la selección no logró clasificarse para la siguiente ronda, la experiencia adquirida es un paso fundamental hacia la madurez del equipo.
“El hecho de competir en un torneo de tal magnitud es un logro en sí mismo. Nuestras jugadoras han demostrado un crecimiento psicológico y profesional que será clave para las futuras competiciones”, señala Ubri.
A partir de 2025, la FIFA implementará un nuevo calendario en el que el Mundial Sub-17 femenino se celebrará anualmente, lo que ofrece a la República Dominicana la oportunidad de afianzar su posición en el fútbol internacional. Este cambio es crucial para que el país forme un núcleo sólido de jugadores que puedan competir en el más alto nivel de manera constante.
El fútbol como cambio social
Ubri resalta que el creciente interés por el fútbol en la República Dominicana no es simplemente una cuestión deportiva, sino un fenómeno que tiene el potencial de transformar la vida de muchos jóvenes. “El fútbol está cambiando vidas. Cada vez más niñas y jóvenes se están sumando a la práctica del deporte, lo que está creando una cultura futbolística en nuestro país”, afirma.
Este cambio cultural es evidente en la creciente asistencia a partidos y eventos relacionados con el fútbol, como se ha visto en el Mundial Sub-17. “La asistencia ha sido abrumadora y demuestra que la gente sí le gusta el fútbol. Este deporte tiene el poder de unir y motivar a las comunidades”, añade Ubri.
Historias de Superación
Dentro del equipo, se destacan varias historias personales, como la de Yuleinis Brito, una joven de 16 años que ya está haciendo historia en el fútbol dominicano. “Estoy muy feliz de formar parte de la historia del fútbol dominicano y espero seguir marcando más goles”, dice Brito, reflejando el entusiasmo y la determinación que caracteriza a esta nueva generación de futbolistas.
La arquera Jaylene Rondón y la capitana Renata Mercedes también aportan sus voces al relato de esta aventura. Ambas expresan su orgullo por el esfuerzo y la dedicación del equipo, así como su conexión con la afición. “El apoyo de la gente fue crucial. Cada vez que corríamos o luchábamos en el campo, escuchábamos los gritos de aliento y eso nos motivaba aún más”, comparte Mercedes.
A medida que el fútbol femenino en la República Dominicana continúa su ascenso, las expectativas son altas. Betzaida Ubri y su equipo tienen la vista puesta en el próximo mundial en Marruecos en 2025.
“Continuaremos trabajando duro. Para febrero, muchas jugadoras del actual equipo repetirán y seguiremos construyendo sobre la base que hemos creado”, concluye Ubri.
El compromiso y la pasión que se están gestando en este deporte auguran un futuro brillante. La combinación de talento, dedicación y el creciente apoyo de la comunidad sugiere que el fútbol no solo se consolidará como una opción deportiva más en la República Dominicana, sino que también puede convertirse en un símbolo de identidad y orgullo nacional. La historia del fútbol dominicano apenas está comenzando, y con líderes como Betzaida Ubri al frente, el camino hacia la grandeza parece más claro que nunca.