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“Comprenden que no es sostenible, y que los efectos sobre su salud física y mental operan en un calendario de partidos que les deja expuestos y no ofrece ni siquiera las protecciones mínimas frente a las demandas que les impone un ciclo acelerado de competiciones deficientemente coordinadas”, señaló el secretario de FIFPro, Jonas Baer-Hoffmann, sobre los reclamos de los jugadores.
Otro problema fueron los pocos días de preparación para la competencia. De los encuestados, el 86 por ciento expresó que le hubiese gustado tener al menos 14 días de previos para ponerse a punto y un 61 por ciento afirmó haber necesitado alrededor de 14 más para poder reponerse de los encuentros.
Con respecto a los 31 días previos y los 37 de descanso de ediciones anteriores, esta Copa del Mundo con tan solo siete en noviembre -antes del Mundial- y ocho para recuperarse.
Los tiempos adicionados también desgastaron a los futbolistas, los cuáles llegaron a tener un promedio de 11 minutos para Qatar 2022, mientras que, por ejemplo en el Mundial de Rusia 2018, apenas habían alcanzado los siete minutos de agregado.
“La integración de formatos de competición ampliados, a nivel de club o de selección nacional, muestra una constante canibalización del calendario de partidos entre los organizadores de la competición. Pese a manifestaciones en contra, nos inquieta sumamente que los jugadores y sus necesidades ocupen de nuevo el último lugar en las decisiones que toman los organizadores de la competición, quienes tienen además la responsabilidad como reguladores”, lamentó Baer-Hoffmann.