El Mundial de Suecia en 1958 fue el Mundial de Pelé, el primer título de Brasil y por ello trasciende hasta el sol de hoy pero como en cada gran historia, hay otras historias de perfiles bajos, de perdedores, historias de miedos y frustraciones, también de orgullo.
Y es que el Mundial de Suecia, también fue el Mundial de Gales, la única edición en la cual ha estado una selección nacional de ese país.
Al pensar en Gales y en fútbol, pensamos en una relación única, pues el balompié es símbolo en ese país del Reino Unido.
La reseña
La historia de aquel Mundial, del quinto lugar en aquel entonces, de la etapa de clasificación en la cual dejaron fuera a Alemania, es orgullo para los galeses.
Más de sesenta años después, Gales vuelve estar a las puertas de una Copa del Mundo de la mano de una generación histórica; Ben Davies, Aaron Ramsey y Gareth Bale.
Ya en 2016, durante la Eurocopa celebrada en Francia, los galeses llegaron con autoridad a las semifinales del certamen, donde cayeron ante el elenco portugués de Cristiano Ronaldo.
En ese momento el polémico Bale volvió tiró del carro y casi logra la hazaña.
Si bien quedaron a deber y picaron bien cerca de estar en Rusia, hoy, cuatro años después, Bale y compañía tienen en sus manos el regreso a un Mundial.
Regresa la ilusión
Gales venció a Austria este jueves en uno de los partidos más interesantes de la jornada, bueno se dice Gales pero el hombre del partido fue Gareth Bale, una vez más Bale y entonces sería, Gareth Bale 2 y Austria 1.
Y el jugador del Real Madrid controversial siempre por su relación con el club, muy desdibujado por su rendimiento inestable con los blancos; Bale es otra cosa con Gales, logrando mostrar su mejor versión, la de un puro crack.
Gareth lo hizo todo, robó balones, presionó a los austriacos, probó por las bandas y en una de sus obras favoritas con un disparo potente desde afuera del área marcó el primer tanto, al cobrar una falta.
Bale azotó a la defensa austríaca que sorprendió con David Alaba en el lateral; pues cada vez que el galés lanzaba un sprint le ganaba las espaldas.
El matador
En el segundo tiempo llegó el segundo tanto, producto de otra obra de arte, tras un rebote, Bale pegó un potente disparo de zurda que terminó en un auténtico golazo y si Sabitzer descontó por Austria, jamás se vio en claro peligro el éxito gales.
Siempre daba la impresión que Gareth Bale podría meter dos o tres o cuatro goles más.
El pitazo final desató la locura en Cardiff y Bale fue ovacionado hasta el delirio.
Ahora Gales debe esperar por el ganador del juego entre Escocia y Ucrania para entonces dirimir el boleto al Mundial de Qatar.
El sueño sigue latente y la historia de aquel Mundial en 1958, pudiera volver a repetirse.