Los que han visto partidos de fútbol, habrán visto como los árbitros muestran a los jugadores una tarjeta amarilla como amonestación, para hacerles saber que su comportamiento no es adecuado y que deben controlarse, o una tarjeta roja de expulsión, cuando el comportamiento es totalmente inadecuado, peligroso o violento. Pero ¿han existido siempre las tarjetas en el futbol? La respuesta es no.
Las tarjetas amarilla y roja aparecieron por primera vez en el futbol, en el Mundial de México 1970.
Antes de ese mundial, las amonestaciones y expulsiones se realizaban verbalmente o por señales, (como se usa en el béisbol) cosa que se prestaba a confusión pues la mayoría de las veces, especialmente en los partidos internacionales en los cuales los árbitros no hablaban el mismo idioma de los jugadores, se armaban tremendos líos porque los jugadores aducían que no entendían al árbitro o que, en el caso de una expulsión por segunda amonestación, no habían sido informados de la primera amonestación.
El sistema de tarjetas amarilla y roja que se usa en el futbol fue ideado por el árbitro inglés Ken Aston, quien durante el Mundial de Inglaterra 1966 fungió como Director de Arbitraje del Torneo.
En el partido de cuartos de final entre Inglaterra y Argentina del Mundial del 1966, se suscitó un incidente en el cual el jugador argentino Antonio Rattin fue expulsado del partido, y este se negó a abandonar el campo aduciendo que no entendía lo que el árbitro aleman, Rudolf Kreitlein, le estaba diciendo. Además, el árbitro lo había expulsado pensando que Rattin lo había insultado a pesar de que el árbitro no sabía ni una palabra en español. Hubo que buscar un intérprete para que le explicara a Rattin que había sido expulsado. En ese mismo partido el jugador inglés Jack Charlton, fue amonestado pero nadie se dió cuenta. Luego del partido el entrenador inglés llamó a Aston para asegurarse de que la amonestación había existido.
Esa noche, mientras manejaba hacia su casa, Aston iba pensando sobre todos los problemas que se habían suscitado en los partidos de ese día, cuando se paró en un semáforo en la calle Kensington High Street. Al ver el sistema de luces del semáforo a Aston se le prendió un bombillito. Vió las luces de la señal de tráfico: amarilla, precaución, estás avisado. Rojo: peligro, hay que detenerse. Aston había encontrado el sistema perfecto para romper la barrera del idioma entre jugadores y árbitros, y al mismo tiempo una forma de comunicar a todos lo que estaba sucediendo.
Pero habia otro dilema ¿cómo lo iba a comunicar? ¿cuales herramientas iba a utilizar para mostrar los colores? Aston llegó a su casa, le contó de los problemas y su idea a su esposa, Hilda. La esposa entró a su habitación y regresó con un papelito rojo y otro amarillo, cortados para que cupieran en el bolsillo de la camisa del uniforme de árbitro y le dijo: “dile a tus árbitros que se las pongan en los bolsillos y las saquen cuando las necesiten”. Ahí, en la casa de Ken Aston, nacieron las famosas tarjetas de amonestación y expulsión.
Aston fue nombrado en la Comisión de Arbitros de la FIFA, desde donde propuso su nuevo sistema para ser usado a nivel internacional. La FIFA y el International Board aprobaron el sistema que fue estrenado en el Mundial de México 1970. En ese mundial se mostraron 54 tarjetas amarillas y ninguna roja.
La primera tarjeta roja en un mundial le fue mostrada al chileno Carlos Caszely, en el mundial de Alemania 1974. El árbitro que la mostró fue el turco Dogan Babacan quien, curiosamente, tambien fue el árbitro que sacó la primera tarjeta roja en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo en los Juegos Olímpicos de Munich 1972.
A España llegaron con la temporada 70-71 ya en marcha. La Federación las introdujo el 15 de enero de 1971. A España, por cierto, la tarjeta amarilla llegó como blanca, iniciativa del entonces secretario de la Federación, Andrés Ramírez. Temió que en la pantalla de los viejos televisores en blanco y negro, que aún eran mayoría, las amarillas se podían confundir con las rojas. Que con blancas y rojas no habría dudas. Las amarillas llegaron a España para la temporada 76-77.
El record de más tarjetas mostradas en un partido de un mundial de fútbol, lo tiene el árbitro ruso Valentin Ivanov quien mostró 16 tarjetas amarillas y cuatro rojas, en el partido de octavos de final, entre Portugal y Países Bajos, del Mundial Alemania 2006, el cual fue bautizado como “la batalla de Nuremberg”.
Noticias relacionadas