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Estar en una Copa del Mundo es algo único para cualquier amante del fútbol. Los estadios difícilmente no se llenan independientemente del partido, ya que, no solo los fanáticos de cada selección acuden en masa a ver a su país, sino que los mismos habitantes de cada ciudad sede no quieren perderse el ambiente y color que solo un Mundial puede ofrecer. Pero en Qatar las cosas parecen ser distintas.
Si bien el Estadio Al-Bayt en la ciudad de Jor es una de las maravillas arquitectónicas del evento y se vio totalmente colmado de público en la ceremonia inaugural y durante los primeros minutos del partido, la gente empezó a irse una vez que la derrota por 2 a 0 del equipo local estaba por confirmarse.
Como un partido de la NBA o de alguna liga local, en el que se suele ver a los espectadores abandonar el recinto en masa para evitar congestionamientos cuando el resultado está sentenciado, nunca se vio algo así en algún partido de un Mundial de Fútbol.
Pero los qataríes, ya sea por la decepción de ver a su equipo perder, o porque la emoción inicial ya había terminado, comenzaron a irse del estadio cuando el segundo tiempo todavía promediaba su desarrollo, dejando al recinto semi vacío y sólo con simpatizantes ecuatorianos.
Si bien el partido no era una goleada en contra, pocos qataríes confiaban en una remontada al ver el rendimiento de su equipo y decidieron abandonar las tribunas del Al-Bayt. Ya en el comienzo de la segunda parte se empezó a ver que el lugar ya no estaba lleno y, a falta de quince o diez minutos para el final, el 70% de los espectadores ya se había retirado.
Es cierto que el tráfico había estado muy congestionado en las horas previas al inicio del partido y para muchos simpatizantes fue muy difícil llegar al estadio, por lo que se preveía un retorno similar y nadie quería demorarse. Pero lo cierto es que la imagen con las tribunas vacías con el partido aún desarrollándose, no será bienvenida para la FIFA ni para la organización