Y no, no fue de blanco madridista, fue de blanco alemán. Hoy el Camp Nou exhibió un atípico color merengue que quedará en la historia, como quedarán los goles de Filip Kostic y el de Rafael Santos Borré, como el recuerdo de un Eintracht Frankfurt aguerrido que contra todo pronóstico sacó al FC Barcelona de la UEFA Europa League en unos Cuartos de Final que se miran prematuros desde la añoranza blaugrana.
Hoy la Xavineta se quedó atascada, y lo que es imperdonable es que la gasolina que le faltó para arrancar pudo haber estado en las gargantas de casi 20 mil socios que prefirieron vender su abono a los efervescentes fanáticos alemanes en vez de ir a apoyar a su equipo.
Hace unas semanas los seguidores blaugranas pedían a gritos que apareciera la garra de antaño sobre el césped y la misma dijo presente en Madrid con una goleada increíble ante el rival de toda la vida. Hoy la súplica fue al revés, pero la respuesta desde las butacas no fue en catalán, fue en lengua germana.
La invasión teutona
Desde tempranas horas por las Ramblas se podía observar que no era un día cualquiera en Cataluña. Miles de hinchas vestidos de blanco merodeaban por ahí con la esperanza de poder ingresar al Camp Nou para animar a su Eintracht en el partido de vuelta ante el favorito conjunto culé.
A pesar de que por reglamento el FC Barcelona le tuvo que asegurar 5 mil boletos a los admiradores visitantes, el número de ellos que había llegado a España rebasaba esa cifra exponencialmente.
Era algo que no parecía tener explicación, pero que de hecho, la tendría más tarde. Una vez que se abrieron las puertas del estadio local, comenzó la locura. Una cantidad ingente de personas vestidas de blanco comenzó a ingresar y a tomar asiento. Y no, no era a las malas, todos tenían tickets.
En total, se estima que 25 mil alemanes se dieron cita en el Camp Nou para apoyar a los suyos en asientos de todos los niveles, clases y colores. Pero, ¿Cómo pudo pasar esto? La respuesta es simple, le compraron el lugar a los abonados, adquirieron entradas a través de internet comprando desde un país diferente al de su origen y quién sabe cuanta triquiñuela más aplicaron para poder darle calor a sus muchachos. El mismo calor que le hizo falta a los que dirige Xavi Hernández.
Surtió efecto
La avalancha humana que se dio cita en Barcelona dio los resultados esperados. Envalentonó desde el primer minuto a una escuadra que salió con el cuchillo entre los dientes, dispuesta a todo, con hambre de gloria y ganas de hacer historia. Y así lo hicieron. Como si de una escena bélica se tratase, los de Frankfurt invadieron con sus tropas el territorio azulgrana y de paso, lograron conquistarlo.