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El que dice que el fútbol no se mezcla con política es porque no sabe de la llegada del deporte a las masas y la repercusión que puede tener una simple acción realizada en una Copa del Mundo. Y eso fue lo que pensaron los jugadores de Irán al decidir no cantar el himno nacional en apoyo a las protestas que se llevan a cabo en el país asiático hace semanas.
La muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años detenida por violar el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a llevar el velo en público, acontecida el 16 de septiembre pasado desencadenó una serie de protestas a nivel nacional, sobre todo de mujeres, que ha mantenido en estado de sitio a Irán y ha puesto el régimen político contra las cuerdas.
Desde el inicio de las protestas, la negativa a cantar el himno de la República Islámica se ha convertido en uno de los símbolos empleados por deportistas iraníes para mostrar su apoyo al movimiento. Así como la Selección de Fútbol lo hizo en la derrota 2-6 ante Inglaterra en el Mundial, también lo ha hecho el elenco nacional de waterpolo en un torneo en Tailandia, donde mantuvieron silencio durante el momento de las canciones nacionales.
Desde la llegada de Irán a Qatar, desde el país asiático se ha querido usar a la selección nacional para dar visibilidad a lo que acontece en el país islámico. Por eso mismo, el capitán del equipo Alireza Jahanbakhsh, jugador del Feyenoord de Países Bajos, declaró que iban a decidir en conjunto si cantar el himno o no.
El jueves, el capitán dijo: “Los jugadores estamos centrados en los partidos más importantes de nuestras vidas, no en la política de las protestas. Quiero decir, que estamos aquí para jugar al fútbol y eso es lo principal en lo que todo el mundo está centrado mientras estamos aquí”, dando aviso de que no querían hacer declaraciones sobre la situación en Irán. Pero finalmente, decidieron dar su apoyo al mantener silencio en el momento de la entonación.