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El estadio Municipal de El Alto, situado a una imponente altitud de 4.150 metros sobre el nivel del mar, se ha convertido en el epicentro de las esperanzas mundialistas de Bolivia. Este martes, la ‘Verde’, dirigida por Óscar Villegas, recibirá a Paraguay en el marco de la duodécima jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026. Este duelo, más que un partido, es una declaración de principios: donde se vive, se juega.
La decisión de cambiar el histórico estadio Hernando Siles de La Paz por el Municipal de Villa Ingenio en El Alto no fue casual. Este movimiento estratégico, realizado en septiembre de este año, elevó la localía boliviana a su máxima expresión. El nuevo recinto no solo refuerza el impacto de la altura como un factor diferenciador, sino que también responde al grito de una selección que busca afilar su arma más temida en el continente.
Un desafío a 4.150 metros de altura
Con 550 metros más de altitud respecto al estadio de La Paz, el Municipal de El Alto no es un simple cambio de escenario. Este estadio, que se erige como el segundo de mayor altitud en el mundo utilizado en competiciones internacionales, es un desafío físico y mental para los rivales. En este contexto, la visita de Paraguay se presenta como una prueba crucial tanto para los dirigidos por Villegas como para las aspiraciones mundialistas de la ‘Verde’.
El cambio de sede ya ha demostrado su efectividad. En su debut en este coloso contra Venezuela, Bolivia consiguió una victoria contundente de 4-0. Posteriormente, el equipo consolidó su fortaleza local venciendo 1-0 a Colombia, en un partido donde la defensa y el ambiente jugaron un papel crucial. En ambas ocasiones, los rivales no lograron marcar un solo gol, reflejo del impacto que genera jugar a más de 4.000 metros.
El poder de la localía: historia y contexto
La altitud ha sido históricamente la mejor aliada de Bolivia en las eliminatorias. Sin embargo, la decisión de trasladarse a El Alto refleja un intento de maximizar esta ventaja. En lo que va de las eliminatorias, la ‘Verde’ acumula dos victorias como local, ambas en el Municipal de El Alto, y una victoria histórica como visitante ante Chile (1-2), su primera fuera de casa en más de tres décadas.
A pesar de estos logros, el camino no ha sido sencillo. Bolivia ha sufrido duras derrotas como visitante, incluida una goleada de 6-0 contra Argentina. Esto resalta aún más la importancia de capitalizar su localía en la altura, especialmente contra equipos como Paraguay, que llegan con la moral alta tras sumar 11 puntos de los últimos 15 posibles.
Villa Ingenio, un bastión infranqueable
Con capacidad para 20.000 espectadores, el estadio Municipal de El Alto se ha convertido en un símbolo de resistencia. Desde sus tribunas, los aficionados han encontrado un nuevo hogar para alentar a la selección, mientras que los jugadores han mostrado una adaptación impecable a las condiciones extremas de este entorno.
La fortaleza en casa también tiene un impacto psicológico en los rivales. Jugar en El Alto significa enfrentar no solo a un equipo, sino a un entorno adverso que afecta el rendimiento físico y la estrategia de juego. La combinación de aire enrarecido y la presión de los fanáticos convierte este estadio en uno de los escenarios más desafiantes de las eliminatorias.
Paraguay, el próximo reto
El enfrentamiento contra Paraguay no solo es una prueba para Bolivia, sino también una oportunidad de oro para mantener vivas sus aspiraciones de clasificar al Mundial. Actualmente en la octava posición con 12 puntos, la ‘Verde’ necesita sumar de a tres para acercarse a la zona de repesca. Por su parte, Paraguay, sexto con 16 puntos, buscará quebrar la racha perfecta de Bolivia en El Alto.
Sin embargo, los guaraníes saben que les espera un duelo cuesta arriba, tanto literal como figurativamente. La altura, combinada con la determinación boliviana, será un desafío mayúsculo para un equipo que, aunque en buena forma reciente, tendrá que adaptarse rápidamente a las condiciones extremas del Municipal de El Alto.
Un encuentro decisivo
La altura de El Alto, más que un fenómeno geográfico, es un factor estratégico que Bolivia ha aprendido a explotar. El partido contra Paraguay será una prueba de fuego para medir la eficacia de esta apuesta. Para la selección boliviana, los tres puntos son más que necesarios; son una reafirmación de que, en Villa Ingenio, la altura no es solo una ventaja, sino una declaración de identidad.
Este martes, los ojos del continente estarán puestos en este imponente escenario, donde Bolivia buscará, una vez más, demostrar que la altitud es su fortaleza más letal.
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