Así fue, el duelo final de la Copa Africana se volvió a reeditar y como en aquella ocasión, el desafío se decidió en los penales a favor de Senegal.
El juego fue tenso desde el comienzo, pues ya al minuto tres de iniciado el encuentro, los senegaleses empataron el partido por un autogol de la defensa egipcia.
Ahí llegó la calma para los locales, que venían con una desventaja de un gol en el partido de ida jugado en El Cairo.
Sin muchas opciones
Desde entonces, el choque se tornó áspero, muy táctico por ambas partes, pues se sabía que el más pequeño desliz podía resultar fatal.
Ambas escuadras probaron todo, desde los balonazos largos buscando pasar las espaldas de los rivales, hasta los sucesivos desbordes por las bandas, buscando sorprender con alguna genialidad de sus delanteros.
Tanto Sadio Mané como Mohamed Salah estuvieron participativos y siempre buscaron asociarse con sus compañeros pero terminaban cerrándole los espacios.
De esta manera llegó el tiempo extra y en esa instancia todo fue más de lo mismo, una extensión del libreto original.
Y de este modo, el primer clasificado de África al Mundial de Qatar se decidiría desde los doce pasos.
Dramático final
El comienzo no pudo ser más dramático, cuando fallaron los dos primeros tiradores por cada equipo, incluido el mismo Salah, al patear la pelota por encima del arco.
Minutos después, tras una atajada del arquero Edouard Mendy, la escena quedó montada para que Sadio Mané tuviera en sus manos la definición y no falló.
Con el 3-1 final, Senegal se clasificó al Mundial por segunda vez consecutiva y tercera en su historia.
En 2002, los senegaleses clasificaron por primera vez al certamen de Japón y Corea, avanzando incluso a segunda fase, después de vencer a Francia en la primera ronda , 1-0.
Desde entonces, tuvieron que esperar hasta 2018 para volver a la máxima cita, durante la edición de Rusia.