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El 19 de septiembre, el FC Barcelona visitó el Estadio Luis II para enfrentarse al Mónaco en el primer encuentro de la fase de grupos de la UEFA Champions League 2024. Lo que prometía ser el inicio de una nueva etapa en Europa para los dirigidos por Hansi Flick terminó en una amarga derrota por 2-1, con goles de Maghnes Akliouche y George Ilenikhena para los locales, mientras que Lamine Yamal fue el único en marcar para los blaugranas. Sin embargo, el resultado en el campo fue solo el comienzo de los problemas para el equipo catalán.
La UEFA ha comunicado oficialmente que el FC Barcelona deberá enfrentar una sanción derivada de comportamientos inaceptables por parte de sus aficionados durante el encuentro en Mónaco. Según la entidad rectora del fútbol europeo, los aficionados culés exhibieron una pancarta con proclamas nazis en las gradas, lo que constituye una violación grave de las normas contra el racismo y las conductas discriminatorias, reguladas por el artículo 14.2 de la normativa disciplinaria de la UEFA.
El Órgano de Control Ético y Disciplinario de la UEFA ha impuesto al FC Barcelona una multa de 10.000 euros, junto con la prohibición de vender entradas a sus aficionados visitantes para el próximo partido de la competición europea. Adicionalmente, la UEFA ha suspendido una sanción similar para un segundo encuentro, la cual quedará en un periodo probatorio de un año. El Barça ha acatado la decisión y anunció que aplicará esta medida en el enfrentamiento contra el Estrella Roja de Belgrado, programado para el 6 de noviembre.
— Alejandro Sanchez (@SopaDecuis) September 28, 2024
La pancarta en cuestión portaba el mensaje “Flick Heil”, una alteración del nombre del entrenador del Barça, Hansi Flick, junto a la frase nazi “Sieg Heil”. Esto ha generado indignación en la comunidad internacional, y el club se ha distanciado de cualquier forma de apología del fascismo. En un comunicado oficial, el FC Barcelona reafirmó su compromiso con los derechos humanos y aseguró que implementará medidas adicionales para prevenir que situaciones como esta se repitan en el futuro.
El FC Barcelona no solo enfrenta el desafío de recuperarse de una dolorosa derrota en la Champions League, sino que también deberá lidiar con las consecuencias de los comportamientos reprochables de algunos de sus aficionados. La sanción impuesta por la UEFA añade presión sobre el club, que ya está lidiando con una temporada marcada por cambios y expectativas. El próximo partido europeo será clave para demostrar que el Barça no solo puede remontar en lo deportivo, sino también en términos de conducta dentro y fuera del campo.