Todo deporte tiene su momento de éxtasis, sin importar si es popular o no en determinado país. Ese puntapié inicial que demuestra que a pesar de la falta de apoyo o de interés, siempre se puede lograr un resultado que convoque a la gente a practicarlo y empezar a vivir una nueva era.

Casos como el baloncesto en Argentina gracias a su “Generación Dorada”, el ciclismo en Colombia con Mariana Pajón o Nairo Quintana o el “soccer” en Estados Unidos con el impulso a la MLS son de ejemplo para graficar lo que, se espera, sucederá con el fútbol en República Dominicana tras la hazaña de Honduras.

El fútbol dominicano acaba de vivir la semana más gloriosa de su historia. No importa si es a nivel juvenil. Por primera vez, un equipo nacional logra clasificarse a un campeonato avalado por la FIFA y, además, dos días después logra meter el fútbol en sus primeros Juegos Olímpicos al clasificar para París 2024.

Hay que entender que en el país criollo, dicho deporte se practica de forma semi profesional, por lo que es imprescindible recurrir a talentos que juegan en el extranjero al haber emigrado o nacido en otros países pero que poseen la nacionalidad dominicana. Dicha estrategia se aplica en la selección mayor pero también se aplicó en las juveniles, donde la presencia de jugadores como Edison Azcona, que milita en la MLS, es un clave aporte.

Clasificar a un Mundial no es para cualquiera, menos a unos Juegos Olímpicos. Por ejemplo, en este mismo clasificatorio se han quedado fuera de todo equipos como México, tan tradicionales en el deporte que llamará la atención su ausencia en ambos torneos. Por eso hay que valorarlo.

El objetico, claramente, es vivir la experiencia. Estos chicos han hecho historia y quedarán para siempre en la memoria del fútbol y el deporte dominicano. En apenas una semana lograron dos clasificaciones históricas para un país que tiene al fútbol como el cuarto o quinto deporte en importancia. Tiene que ser el punto inicial para que en los años siguientes se vea un crecimiento en los proyectos, tanto juveniles como en la mayor.

El fútbol dominicano tiene la oportunidad de recorrer el mundo y es el momento de convencer a jugadores como Mariano Díaz, Junior Firpo o Alejandro Balde de que pueden ponerse la camiseta quisqueyana porque la Selección apunta a un crecimiento exponencial. Al menos, la Sub-20 dio un paso muy importante a ese objetivo