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8 de agosto de 2018, L’Alcudia, España. En la ciudad ibérica se juega la final del tradicional torneo Sub-20 de selecciones entre Argentina y Rusia. Un gol en tiempo suplementario le da el triunfo a los albicelestes por 2-1 que se consagran del torneo amistoso. En el equipo campeón debutaban como entrenadores dos nombres que, en ese momento, no se sabía que iban a ser históricos en la mayor: Lionel Scaloni y Pablo Aimar.

La llegada de Scaloni a la Selección Argentina se dio por puro azar. Luego de su retirada del fútbol profesional en 2015, el jugador que se desempeñaba como lateral izquierdo y tuvo un gran paso por España e Italia llegando a jugar el Mundial de Alemania 2006, decidió incursionar en la dirección técnica. Primero pasó por las juveniles del Mallorca, uno de los equipos donde jugó, mientras esperaba que Jorge Sampaoli lo sumara a su cuerpo técnico en Sevilla.

Ya con Sampaoli, Scaloni arribó a la Selección Argentina una vez que el entrenador fue contratado para dirigir al equipo nacional en la previa de Rusia 2018. Pero el fracaso en tierras rusas con conflictos internos, no solo hizo terminar el ciclo al actual entrenador del Sevilla, sino que le abrió la puerta a Scaloni a un puesto fijo en el equipo nacional. Por su experiencia en juveniles, pidió un puesto allí y junto a Pablo Aimar fueron asignados a la Sub-20 con su primera competencia en el mencionado torneo en L’Alcudia.

Ante la falta de candidatos firmes para dirigir a una Selección Argentina, Scaloni fue llamado a dirigir al primer equipo de forma interina para afrontar los últimos compromisos de ese año. En total fueron seis amistosos en los que el flamante entrenador aprovechó para darle rodaje a muchos jugadores que no tenían tanta participación, sobre todo jóvenes que daban sus primeros pasos en el elenco nacional. Y ante los buenos resultados y la buena opinión de jugadores, dirigentes y público, Scaloni finalmente fue confirmado en noviembre de 2018 como entrenador junto a Pablo Aimar, Roberto Ayala y Walter Samuel como ayudantes.

Pero las críticas no iban a empezar a caer. No por resultados, sino porque la prensa aseguraba que un técnico sin experiencia y sin haber dirigido en ningún otro lado, no podía hacerse cargo de una de las selecciones más importantes del mundo en un momento como aquel. Se llegó a dudar de que el flamante técnico tuviera realmente el certificado de entrenador.

Así, el nuevo cuerpo técnico debutó en la Copa América 2019 jugada en Brasil, en la que Argentina no mostró un gran nivel pero se las arregló para llegar a semifinales y caer ante el local ajustadamente. Pero si bien no había un gran nivel, se veía otra cosa. Un equipo no tan dependiente de Lionel Messi y con otros referentes que empezaban a asomar, como Rodrigo De Paul, Leandro Paredes o Lautaro Martínez.

El respaldo público hizo que Scaloni fuera confirmado hasta el fin de las Eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022. El equipo empezaba a andar y, si bien no destacaba por las individualidades, mostraba una unión que entregaba un plus. Así, transitó las clasificatorias de menor a mayor con resultados históricos como el triunfo en Bolivia como visitante luego de quince años. Y si bien el camino a Qatar estaba allanado por los buenos resultados, lo más destacado iba a llegar en la Copa América 2021.

El torneo, que iba a jugarse conjuntamente en Argentina y Colombia, tuvo que mudarse a Brasil por la pandemia de Covid-19. Con las tribunas vacías pero con la misma ilusión, Argentina fue superando escollos sin brillar demasiado (sobre todo sufriendo luego de ponerse en ventaja) y así llegó a la final ante la verdeamarela en el Maracaná. El gol de Di María cortó una racha de 28 años sin títulos oficiales para el equipo, además de ser el primer título de Lionel Messi con su selección. Y eso consagró a Scaloni que ya dejó de ser cuestionado por su inexperiencia.

El equipo realmente mostraba una identidad distinta a la de las últimas décadas, caracterizada por las individualidades que llegaban en su prime. Scaloni unió piezas que parecían rotas y le entregó a cada uno un rol. Y así llegó a Qatar y así lo ganó, a pesar de la derrota inicial. Ahora, el entrenador se une a la mesa de los campeones del mundo y se sube al Olimpo de los técnicos argentinos campeones, junto a dos míticos como César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo.