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Venezuela llega al duelo contra Brasil en Maturín con la urgencia de sumar puntos para mantenerse en la carrera hacia el Mundial 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá. Después de un prometedor inicio en las Eliminatorias, la Vinotinto ha caído en la clasificación, quedando fuera de las posiciones de acceso directo al Mundial. Consciente de la dificultad del calendario, que tras el encuentro con Brasil le enfrentará a Chile, la selección dirigida por Fernando Batista necesita que este jueves todo salga perfecto en su feudo.

A pesar de la potencia de Brasil y su crecimiento bajo la dirección de Dorival Júnior, Venezuela confía en el empuje de su afición y en el buen momento de algunos de sus jugadores clave. El equipo buscará hacer de la cancha de Maturín un fortín, apoyado en un planteamiento sólido en ambos extremos de la cancha. La lección del empate 1-1 frente a Argentina será un punto de partida, aunque la Vinotinto sabe que el nivel del rival exige una actuación impecable.

Las individualidades como armas de Venezuela

Entre las figuras de Venezuela que pueden hacer la diferencia destaca el joven Jon Aramburu. El lateral derecho de la Real Sociedad ha impresionado en La Liga con actuaciones sobresalientes, como la reciente victoria ante el Barcelona, en la que su equipo no permitió ningún disparo entre palos. Fuerte físicamente y disciplinado, Aramburu ha evolucionado ofensivamente, y en Maturín se enfrentará al reto de contener a Vinicius Júnior en su banda, un duelo clave para frenar el peligro brasileño.

Otro de los nombres propios en la Vinotinto es Jefferson Savarino, mediapunta del Botafogo, que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera. Con la final de la Copa Libertadores en el horizonte y la posibilidad de consagrarse campeón del Brasileirao, Savarino es un pilar en el ataque venezolano. Aunque aún no ha podido brillar con la selección al mismo nivel que en su club, su capacidad para generar juego y dar profundidad en tres cuartos de cancha puede ser un recurso vital ante la defensa brasileña.

Finalmente, Salomón Rondón, uno de los líderes indiscutibles del equipo, llega con confianza renovada tras su gol contra Argentina. Si bien en el Pachuca su desempeño ha sido irregular, con la Vinotinto sigue demostrando que tiene el olfato goleador intacto. Su reciente hat-trick contra Necaxa en la liga mexicana, aunque aislado, es prueba de que puede ser letal en el área. En un partido de gran trascendencia como el que se avecina, Venezuela necesita al mejor Rondón, preparado para responder en un momento crucial.

Apoyo de la afición y enfoque defensivo

Para obtener un resultado favorable ante Brasil, el rol de la afición será fundamental en Maturín, impulsando a los jugadores desde el primer minuto. Además, Venezuela deberá demostrar su solidez defensiva y ser eficaz en el aprovechamiento de cada oportunidad en ataque. Con estas armas, la Vinotinto buscará protagonizar una actuación que revitalice su sueño mundialista y la mantenga en la pelea en las últimas fechas de las Eliminatorias.