Con Lionel Messi y Angel Di María en cancha y el ingreso de Mauro Icardi en el segundo tiempo, el Paris Saint Germain le ganó 4-1 al Brujas en el Parque de los Príncipes por la última fecha del Grupo A de la Champions League.
El PSG llegó a la última fecha de la fase de grupos ya clasificado, con 8 puntos, pese a la caída que sufrió ante el City de Guardiola, equipo que terminó liderando la zona.
Después de las críticas que recibió en la semana por la falta de juego e identidad que presenta el equipo de súper estrellas que dirige Mauricio Pochettino, el PSG salió con todo a buscar el partido. Y lo encontró rápido.
A los dos minutos, Kylian Mbappé aprovechó un rebote del arquero del equipo visitante, Simon Mignolet, y marcó el uno a cero. Cinco minutos después, el francés puso el 2-0 para la victoria rápida del equipo de Messi y compañía.
A diferencia de lo que le pasa en la mayoría de los encuentros (y en el partido de ida en Bélgica), el equipo parisino encontró espacios desde el principio y pudo abrir el marcador rápido. Lo tuvieron Wijnaldum y el propio Mbappé para ampliar. Y también Messi, que pudo combinar con el francés y quedó mano a mano
Hace unos días, un periodista le preguntó a Poch: “Si bajara un extraterrestre, cómo le explicaría a qué juega su equipo”. Pero esta tarde, el PSG se acercó a lo pretendido por la crítica. El team de los argentinos juntó pases desde el inicio y no dependió de que todas las jugadas empezaran en Messi.
Dos veces intentó su típica jugada, el argentino, arrancando desde la derecha o el centro para terminar rematando con su su zurda. La primera fue tapada por Mignolet. Pero en la segunda, Leo Messi arrancó desde más lejos y, desde la medialuna del áreaa, cerró con un golazo una jugada que había iniciado Mbappé desde la izquierda.
En el segundo tiempo, el equipo parisino pareció bajar el ritmo de su fútbol de manera exagerada y tras una desatención llegó el descuento de la visita, a través de Mats Rits, que señaló el 3-1.
Un rato después, Messi sufrió una infracción en el área belga y se hizo cargo de marcar de penal con un zurdazo cruzado que dejó sin chances al arquero visitante, poniendo la cuenta en 4-1 y desatar la fiesta en París.