Apareció Lionel Messi para arreglar un partido bastante imperfecto de Paris Saint Germain. Como lo hizo infinidad de veces en Barcelona, el rosarino tuvo una incidencia determinante en el 3-2 sobre Leipzig, que hasta los 20 minutos del segundo tiempo ganaba 2-1.
Con una producción de menor a mayor, Leo marcó el 2-2 tras una asistencia de Mbappé (el mejor del partido) y consiguió el 3-2 al picar un penal que le habían convertido al 7 francés también. Una sutileza que también es una demostración de la progresiva confianza que va tomando en su nuevo club.
El Parque de los Príncipes ya había disfrutado de Messi con el golazo a Manchester City. Ahora fue el turno de otros dos goles para dejar a PSG en el primer puesto del Grupo A, con 7 puntos, uno más que Manchester City, que goleó 5-1 a Brujas.
Mbappé erró un penal
El jugador francés hizo un gran partido: un gol, una asistencia, provocó un penal. Solo le faltó el broche. En el descuento, ejecutó el penal por una falta sobre Hakimi sancionada a instancias del VAR. El remate del francés se fue por arriba del travesaño. El sufrido triunfo de PSG quedó 3-2.