La historia tiende a repetirse, a veces, de forma curiosa. México, tras perder ante Brasil por penales, tenía la posibilidad de sumar su segunda medalla olímpica, tras el oro en Londres 2012, luchando por el bronce ante Japón. Mucho antes, había tenido la oportunidad de inaugurar el medallero en fútbol. Pero el que lo evitó fue, justamente, Japón.
En los Juegos Olímpicos de 1968 jugados, precisamente en la Ciudad de México, el local jugaba por el bronce tras caer ante Bulgaria. Y el rival era Japón. En lo que parecía un partido fácil jugador en el Estadio Azteca, los mexicanos terminaron perdiendo ante su gente por 2 a 0 y se quedaron sin el último lugar del podio.
La herida sanó con el oro en Londres 2012. Pero ahora, increíblemente, había un escenario ideal para tomarse revancha. Porque ahora era Japón, el local, el que tenía la oportunidad de subirse al podio. Y el rival era México, como en 1968. Y el resultado equilibró las cosas.
Si bien ambos equipos ya se habían enfrentado en la primera ronda, con victoria de los japoneses por 2-1, este encuentro por el tercer puesto se distinguió por un mayor dominio por parte de los mexicanos. Con dos tantos en el primer tiempo por conducto de Sebastián Córdova de penal y Johan Vásquez de cabeza, y el tanto del atacante Alexis Vega en el segundo tiempo, México sacó diferencias notables. Kaoru Mitoma descontó para la causa de los anfitriones, los cuales reaccionaron en los últimos minutos pero fue demasiado tarde.
De esta forma, México se sube al podio y logra su segunda medalla olímpica en el deporte. La final se jugará entre Brasil y España mañana a las 7:30 hs, hora dominicana.