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En enero hubo una historia en el fútbol que quizás pasó desapercibida, pero que marcó una primera vez el deporte rey: en un partido oficial de la Copa de Portugal se mostró la primera Tarjeta Blanca.

Todos quien sepa algo de fútbol entienden que los árbitros tienen dos tarjetas en su arsenal. La tarjeta amarilla se utiliza como amonestación preventiva, y la tarjeta roja para expulsar permanente a un jugador del partido en disputa. Así que quizás sea una sorpresa enterarnos que por un partido de semifinales de Copa de Portugal femenino hizo por primera vez su aparición la tarjeta blanca.

El choque en cuestión se disputó el sábado 21 de enero y en él, Benfica goleó 5-0 al Sporting de Lisboa. Pero sin dudas lo más llamativo de lo que en otras circunstancias hubiese sido sólo un partido más de fútbol, fue la utilización de una novedosa tarjeta blanca. Ahora, ¿qué es la tarjeta blanca? Esto es lo que se sabe hasta el momento.

La tarjeta blanca, también llamada “tarjeta fair play”, es una iniciativa de la Federación Portuguesa de Fútbol que busca promover la deportividad en la competencia, recompensando el buen comportamiento en el campo.

Su primera aparación fue en el ya mencionado partido de la Copa de Portugal, cuando un poco antes del fin de la primera mitad la referee Catarina Campos la mostró a los cuerpos médicos de ambos equipos, después que estos corrieron para ayudar a un fanático que presento un cuadro médico en las gradas. Cabe destacar que este fue el juego de fútbol femenino que mayor asistencia ha tenido en la historia de Portugal.

Cuando la tarjeta blanca se mostró al staff médico de Benfica y Sporting, los presentes en el Estadio da Luz se pusieron de pie para aplaudir a los médicos mientras volvían a sus respectivos bancos.

Por ahora sólo Portugal ha adoptado la tarjeta blanca, y está por verse si otros países incluirán su uso y cuál puede ser la reacción de los fanáticos del fútbol. Este uso de la tarjeta blanca viene después del incremento considerable en el tiempo de adición que pudimos ver en la Copa del Mundo de Qatar.

En su mayoría, esta práctica fue elogiada por los aficionados de fútbol que vieron disminuidas las tácticas de pérdidas de tiempos en la que algunos equipos acostumbran a incurrir, sabiendo que el tiempo extra añadido deja sin efecto las posibles ventajas producto de conductas antideportivas.