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En el último tiempo, en PSG los momentos de alegría duran poco y se acostumbraron a convivir con los escándalos. Este fin de semana conquistó la Ligue 1 y fue un pequeño mimo después de la frustración que se generó al volver a fracasar en la Champions League; pero horas después de la necesitada vuelta olímpica el club recibe otra noticia con contexto negativo. El involucrado -otra vez- es Neymar, quien parece estar cada vez más lejos de la institución.
La imagen de Ney en el paddock de Montecarlo suscitó grandes críticas en las redes sociales. Un día antes, el brasileño no formó parte de la expedición que se desplazó a Estrasburgo para consumar el decimoprimer título de la Ligue 1. A diferencia de los otros seis lesionados, que sí viajaron, Neymar se fue a Mónaco y no estuvo presente en la celebración de la primera plantilla en el vestuario.
A juzgar por las informaciones que llegan desde París, queda la sensación de que al brasileño no lo quiere nadie en la capital francesa. Es que el futbolista no rinde como se pretendía y las lesiones hacen pensar que no se justifica lo que se abonó por él. Además, la relación con algunos compañeros parece rota; el club está abierto a recibir ofertas que nunca llegan y hasta los vecinos estarían molestos por las fiestas nocturnas que organiza donde reside.
De acuerdo con la información de L’Équipe, la no presencia del mediapunta en Estrasburgo ha sido considerada por el conjunto parisino como una “provocación”. Su entorno, sin embargo, ha intentado desdramatizar el episodio, esgrimiendo que no era una obligación del jugador viajar con el resto de la plantilla al estar lesionado. El divorcio entre ambas partes es una realidad y buscarán una salida en verano.
A diferencia del año pasado, cuando Neymar se negó a salir de París, ejecutando la cláusula de renovación que disponía hasta 2027, esta temporada las tornas han cambiado. El exjugador del Barcelona no cierra la puerta a un traspaso y su club, el PSG, está intentando encontrar una fórmula para ahorrarse su espectacular ficha salarial, que asciende a 3,6 millones de euros brutos mensuales. Una cesión, asumiendo el equipo contratante su salario, es, ahora mismo, la opción que se baraja en las altas esferas de París y de Doha.