El Liverpool no había perdido en semifinales de la Champions jugando de local y es que pisar la grama de Anfield se vuelve igual a asomarse a la boca de un volcán.

En Anfield está la historia, esa que tiene al Liverpool como uno de los grandes del fútbol mundial y ha sido de ese modo por unos 140 años que es lo mismo hablar desde el nacimiento mismo del balompié.

Klopp otra vez inmenso

Y hoy Jurgen Klopp se aferró a la historia y ganó, ganó frente a un rival incómodo y serio como Villarreal.

Desde el pitazo inicial, la presión de los locales fue atroz y la tríada de Mohamed Salah, Luis Díaz y Sadio Mané generaron un alto volumen de juego cada vez que se agrupaban.

Al mismo tiempo el genio de Trent Alexander- Arnold se activaba desde el comienzo y dibujaba los pases como todo el consagrado que es, para muchos el mejor lateral del planeta.

Pero Unai Emery tenía su plan y el Villarreal logró aguantar el empuje del elenco inglés, con un excelente trabajo de Pau Torres y Raúl Albiol, así como de  Dani Parejo que generó par de buenas chances cuando se asoció con Giovanni lo Celso.

Hubo momentos inclusos en los que parecía que el Villarreal controlaba los hilos del juego esperando algún que otro contragolpe y siguió siendo de ese modo con el comienzo del segundo tiempo hasta que el ecuatoriano Pervis Estupiñán anotó en propia puerta el tanto que adelantaba Liverpool.

Jaque mate

Ahí en ese mismo instante se rompió el partido a favor de club y su grupo y minutos después, casi sin dar tiempo a la escuadra española se acomodará en el campo, el egipcio Salah se sacó un pase de la muerte y Sadio Mané definió como los dioses.

Con la pizarra 2-0 el Villarreal se replegó para contener las constantes arremetidas y tratando de evitar el tercero.

Tanto Díaz, como Salah y Mané tuvieron opciones para anotar tres o cuatro goles más pero el cuadro ibérico logró sostener el marcador pensando ya en la vuelta.

Sentimientos encontrados

Y llegó el final y las sensaciones eran encontradas, por un lado, se vio a un equipo sobrado en la cancha, buscando siempre el gol y mayoreando a sus rivales; por el otro Villarreal mostró por ratos los atisbos del fútbol que puede ser capaz de generar.

Como sea Klopp y sus muchachos ya tienen pie y medio en la final con todo el cartel de favoritos, mientras que Unai Emery confía en el milagro en La Cerámica.

Todo se definirá en menos de una semana y desde ya, estaremos expectantes a lo que nos pueda deparar la mejor competición del fútbol mundial.