“… Hoy sé que el mundo sería mucho mejor si pudiéramos compararnos menos y empezar a admirarnos más…”- escribió Pelé hace dos años, justo al enterarse de la muerte de Diego Armando Maradona; quizás la mejor manera de reflejar los profundos lazos de amistad que unía a ambos.
Y es que el mundo entero se obsesionó en compararlos siempre, que si Maradona, que si Pelé y en este sentido la FIFA, en el año 2000, tratando de zanjar de buena manera este debate, decidió otorgarles a ambos futbolistas el título de Jugador del Siglo.
El porqué de las cosas
El crack brasileño había declarado en varias oportunidades que, para él, el mejor futbolista de todos los tiempos era el también argentino Alfredo Di Stéfano, pero la controversia siempre ubicaba al ídolo del Santos y al del Boca Juniors en la palestra pública.
De igual modo, otros han hablado de Johan Cruyff y con el siglo XXI llegaron Cristiano Ronaldo y Lionel Messi para avivar la polémica.
Volviendo a Pelé y a Maradona; en lo personal prefiero verlos como hombres en su contexto, sí, jugadores excepcionales que marcaron época con sus clubes y con la selección; Pelé en un período de fútbol más ofensivo, casi sin defensas, con terrenos, zapatos y pelotas que nada tiene que ver ni por asomo con los de ahora; Maradona fue referente de una etapa en la el juego empezaba a modernizarse en todos estos aspectos.
Más allá de los números
La estadística favorece abrumadoramente a la figura de el “Scracht du Oro”, aquella selección que, en el Mundial de 1958 en Suecia, arrolló a todos con Pelé siendo el revulsivo. Tiempo después llegarían los títulos en Chile 1962 y en México 1970, tres Copas del Mundo y se dice fácil pero el sesgo de la comparación se difumina para darle el calificativo de inigualable.
A su vez con la selección brasileña, recoge la página de la FIFA que, en 91 encuentros, Pelé marcó 77 goles, mientras que Maradona en 90 estampaba 34 dianas en su haber.
Sin embargo, muchos coinciden en el caso de Diego, que aquel Mundial de 1986, sus goles contra Inglaterra, luego ante Bélgica, después la asistencia para el tercer gol ante Alemania, el título, muchos aseveran que la trascendencia del astro argentino en esa Copa, aunado al subtítulo en Italia 90, su huella con el Napoli en la Liga Italiana, antes con el Barcelona y Boca Juniors, después también con el Sevilla en España; hacen méritos suficientes para elevar a Maradona a la categoría de “ Dios” del fútbol.
El eterno debate
En estas jornadas de Mundial, el tema ha vuelto a aflorar y con el pasar de los años el debate seguirá; la FIFA ya pactó las tablas en el 2000 pero el debate seguirá; unos dirán que Pelé, otros que Maradona, pero otra vez en sus respectivos contextos los veo inmensos y únicos a los dos… quizás nunca debió existir el debate, ¿usted qué cree?
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