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A medida que se acerca la fecha de inicio del Súper Mundial de Clubes, programada entre el 15 de julio y el 13 de junio de 2025, la FIFA enfrenta serios desafíos que ponen en peligro la viabilidad del torneo. La ambición de crear una competición con 32 equipos de todo el mundo se ve empañada por problemas críticos de financiamiento y logística.

Según reportes de medios europeos como La Gazzetta dello Sport, la falta de patrocinadores es una de las principales preocupaciones. A tan solo nueve meses de su inicio, la entidad madre del fútbol aún no ha asegurado los derechos televisivos, cruciales para financiar el evento. La FIFA esperaba cerrar acuerdos con emisoras de América, Europa, Medio Oriente y el Norte de África, pero la fecha límite para presentar ofertas ha pasado sin ningún postor significativo, lo que genera un clima de incertidumbre.

El único interés palpable proviene de Apple TV, que ofreció mil millones de dólares, una cifra muy lejos de los cuatro mil millones que la FIFA había proyectado obtener. Sin un respaldo financiero sólido, la organización enfrenta la posibilidad de un déficit de dos mil millones de dólares, lo que podría poner en riesgo la realización del torneo.

Además, la cuestión de las sedes complica aún más la situación. A pesar de que se ha decidido que el evento se llevará a cabo en los Estados Unidos, todavía no se han oficializado los estadios donde se jugarán los partidos. La FIFA está trabajando con múltiples opciones, pero la falta de un calendario claro para los encuentros hace que la planificación sea un desafío constante. La variedad horaria también representa un dilema, ya que se requieren horarios accesibles para un público global.

Los problemas no se limitan a las cuestiones financieras y logísticas. La presión sobre la FIFA también proviene de los futbolistas y entrenadores, quienes han expresado su preocupación por la creciente carga del calendario. A finales de agosto, el jugador del Manchester City, Rodrigo Hernández, insinuó la posibilidad de una huelga, reflejando el descontento en los vestuarios. Por su parte, Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, criticó abiertamente la compensación ofrecida por la FIFA, destacando que los clubes generan ingresos significativos en un solo partido, mientras que el torneo completo no parece ofrecer una recompensa justa.

Con cada día que pasa, la presión sobre la FIFA aumenta, y las posibilidades de que el Súper Mundial de Clubes se materialice tal como se ha planeado se desvanecen. A medida que la fecha de inicio se aproxima, los problemas continúan acumulándose, lo que deja a muchos cuestionándose si este torneo, que prometía revolucionar el fútbol, se convertirá en un mero espejismo. La atención se centrará en cómo la FIFA abordará estos desafíos en los próximos meses, un período crítico que definirá el futuro del fútbol a nivel de clubes.