Your browser doesn’t support HTML5 audio

El reloj marcó la hora. Este viernes 9 de mayo, a las 16:00 (hora local), el Estadio de Gran Canaria se convertirá en el epicentro de la tensión en LaLiga. UD Las Palmas y Rayo Vallecano chocan en un partido cargado de historia, urgencia y ambiciones completamente contrapuestas. Mientras los canarios buscan desesperadamente alejarse de los fantasmas del descenso, los madrileños quieren aferrarse a su sueño europeo. Y como si el presente no fuera suficiente, el pasado también tiene algo que decir.

A lo largo de los años, varios futbolistas han vestido ambas camisetas, dejando huellas de distinto calibre en cada club. Este cruce de caminos tiene nombre y apellido, y algunos de ellos dejaron un legado imborrable.

Rubén Castro, ídolo eterno de la isla, disputó 177 partidos con Las Palmas, marcando 65 goles y asistiendo 13 veces, a lo largo de seis temporadas. Su paso por el Rayo fue más breve pero no menos eficaz: en 40 encuentros anotó 14 tantos, demostrando que su olfato goleador no tenía geografía.

Otro caso emblemático es el de Roberto Trashorras, auténtico cerebro del mediocampo. Aunque su recorrido con los amarillos fue limitado a dos temporadas (62 partidos), su leyenda se consolidó en Vallecas, donde fue capitán, referente y símbolo durante siete temporadas y 215 encuentros. Su precisión quirúrgica con el balón dejó una marca indeleble en la afición rayista.

Jonathan Viera, la brújula emocional y futbolística de Las Palmas, vivió una década defendiendo a su club de origen. Con 258 partidos, 76 goles y 55 asistencias, su nombre es sinónimo de talento en el archipiélago. Su fugaz paso por el Rayo (26 partidos y 5 goles) también dejó destellos de calidad en la capital.

Más atrás en el archivo, figuran nombres como Juanma, con 56 presencias en Las Palmas y un breve paso de 3 partidos por el Rayo, o Roberto Santamaría, que fue titular indiscutido en el arco canario pero no llegó a debutar con los franjirrojos.

También figuran Álex Gálvez, sólido defensor que alternó entre ambos clubes, Juan Quero, mediapunta de paso discreto, y Ernesto Galán, lateral con contribuciones puntuales.

El dato curioso: ningún arquero ha sido titular en ambos equipos, lo que revela un extraño vacío en el puente compartido entre Gran Canaria y Vallecas.

A pocas horas del choque, los hinchas ya repasan estos nombres con nostalgia o admiración, mientras los técnicos ajustan piezas para evitar el golpe del presente. Las Palmas necesita oxígeno, y el Rayo, altura. Este duelo no es sólo un partido: es un punto de quiebre, una bisagra entre la esperanza y la decepción.

¿Y quién sabe? Tal vez hoy en el verde emerja un nuevo nombre que, en unos años, también figure en esa lista de los que unieron dos pasiones.