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El francés Clément Turpin será el árbitro del esperado duelo entre Barcelona e Inter de Milán, correspondiente a la ida de las semifinales de la UEFA Champions League, que se disputará este miércoles en el estadio Olímpico Lluís Companys.

Turpin, de 42 años y nacido en Oulins, llega con una extensa trayectoria internacional. Árbitro FIFA desde 2010, ha dirigido en dos Copas del Mundo (Rusia 2018 y Catar 2022), dos Eurocopas (2021 y 2024) y fue el encargado de impartir justicia en la final de Champions 2022, donde el Real Madrid venció al Liverpool.

Una historia cruzada con el Barcelona
El Barcelona tiene motivos para mirar con cierto recelo el nombramiento de Turpin. El primer encuentro que les dirigió terminó en pesadilla: el 10 de abril de 2018, en el Olímpico de Roma, el Barça cayó eliminado tras perder 3-0 en la vuelta de los cuartos de final de la Champions.
Posteriormente, el francés estuvo en otros compromisos del club culé, con resultados variados: victoria ante Borussia Dortmund (3-1 en 2019), triunfo ajustado frente al Dinamo de Kiev (1-0 en 2021) y eliminación dolorosa contra el Manchester United (2-1 en 2023 por Europa League).

El historial del Inter con Turpin: luces y sombras
El Inter de Milán también conoce a Turpin, aunque su balance no es del todo negativo. Debutaron con derrota bajo su arbitraje en 2012 ante el Hajduk Split, pero luego vencieron al Tottenham en 2018, cayeron ante el Real Madrid en 2020, y festejaron en 2021 frente al Dinamo de Kiev. Uno de los recuerdos más recientes y felices para el ‘Nerazzurri’ fue en 2023, cuando, con Turpin como juez, sellaron su pase a la final de la Champions superando al Milan.

¿Quién acompaña a Turpin en el Barcelona – Inter?
Turpin no estará solo: contará con sus compatriotas Nicolas Danos y Benjamin Pages como asistentes, François Letexier como cuarto árbitro y, en la cabina del VAR, Jerome Brisard y Willy Delajod.

Experiencia, carácter y un par de viejas heridas abiertas. Clément Turpin estará en el centro de todas las miradas en un partido que promete ser eléctrico. Y como siempre en el fútbol de alto vuelo, un buen arbitraje será fundamental para que la polémica no eclipse al espectáculo.