Michael Salisbury no es un nombre ajeno en el mundo del arbitraje inglés. Su ascenso desde las divisiones inferiores hasta alcanzar la Premier League ha estado marcado por decisiones clave, momentos controvertidos y una historia familiar que lo conecta con el oficio desde sus primeros años. Exprofesor, con pasado como juez de línea y una serie de partidos que lo han puesto en el ojo de la tormenta, hoy es uno de los protagonistas más observados dentro (y fuera) del terreno de juego.
Orígenes: herencia arbitral y debut precoz
Nacido en Penwortham, Lancashire, en 1985, Michael Salisbury creció con el silbato como parte del paisaje cotidiano. Su padre, Graham Salisbury, tuvo una dilatada trayectoria como árbitro de la English Football League (EFL), donde dirigió más de 580 encuentros antes de retirarse en 2021. No fue casualidad que Michael comenzara su camino en el arbitraje en 2001, guiado por su padre y forjando experiencia en las ligas amateur de la región de Preston.
Su crecimiento fue constante: en 2010 ya era asistente en la EFL, y más tarde, en la temporada 2015/16, comenzó a impartir justicia como árbitro principal en la National League (quinta división). Un año más tarde fue promovido a League Two, el cuarto escalón del fútbol inglés profesional.
Presencias destacadas en finales nacionales
Salisbury no tardó en ganarse oportunidades importantes. En 2016, fue árbitro asistente suplente en la final de la FA Cup entre Crystal Palace y Manchester United, disputada en Wembley. Su presencia se volvió habitual en partidos decisivos: en 2020 dirigió la final del playoff de League Two entre Northampton y Exeter, que terminó con una contundente victoria 4-0 para los Cobblers, y un año más tarde, en 2021, fue el juez principal en la final del FA Vase que coronó a Hebburn Town ante Consett.
La llegada a la Premier League
El salto a la Premier League llegó en la temporada 2021/22, después de haber actuado previamente como asistente en la máxima categoría. Su primer partido como árbitro principal en la élite inglesa fue un Aston Villa 2-1 Crystal Palace en Selhurst Park. Aquel debut no estuvo exento de tensión: ambos equipos fueron sancionados por conducta inapropiada tras protestas masivas contra decisiones de Salisbury en el segundo tiempo.
Desde entonces, su nombre ha estado presente tanto en el campo como en la cabina del VAR, siendo figura en varias controversias recientes.
Momentos polémicos y disculpas oficiales
Salisbury ha estado involucrado en algunas de las decisiones más discutidas de las últimas temporadas:
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8 de abril de 2023, como VAR en la derrota de Brighton por 2-1 ante Tottenham, no intervino ante un claro penal no sancionado sobre Kaoru Mitoma. La PGMOL (organismo de árbitros de élite en Inglaterra) pidió disculpas públicas y lo excluyó de los partidos siguientes.
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14 de agosto de 2023, nuevamente desde el VAR, no alertó al árbitro Simon Hooper tras una acción controvertida en la que André Onana, arquero del Manchester United, impactó a Sasa Kalajdzic en el área durante el descuento ante Wolverhampton. El penal no fue cobrado y Salisbury fue nuevamente apartado, junto a su equipo arbitral.
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27 de noviembre de 2023, arbitrando el Fulham vs Wolves, otorgó tres penaltis. Uno de ellos fue posteriormente admitido como error por el propio árbitro ante el DT de los Wolves, Gary O’Neil. También fue criticado por no expulsar a Carlos Vinícius tras un aparente cabezazo. Un panel independiente de la Premier League ratificó que Salisbury cometió dos fallos graves en ese encuentro.
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