Con dos goles sobre los 90 minutos reglamentarios y forzando la prórroga, el Real Madrid consiguió este miércoles meterse en la final de la Champions al imponerse 3-1 al Manchester City.
En un juego de alta tensión, donde parecía que ninguno quería arriesgar de más, el Manchester City de Pep Guardiola se adelantó y pareció amarrar la victoria en el minuto 73 con un gol de Ryad Mahrez.
El último cuarto de juego no fue más que la ratificación del dominio inglés. El Real Madrid no conseguía imponer su juego y lucía desdibujado.
No obstante, dos fallas claras del City fueron determinantes para reanimar a los merengues, que una vez más hicieron la heroica desde el contraataque.
Rodrygo en el minuto 90 anotó el primer tanto del Madrid y, antes de que el Bernabéu terminará de celebrar aquella reacción, selló el doblete en el 90+1.
Los papeles se invirtieron. El autocontrol ingles desapareció y la garra española se impuso.
La desesperación y la ausencia de jugadores claves, que salieron cuando el juego parecía sentenciado, terminaron por maniatar las posibilidades del City en la prórroga.
Karim Benzema dio la estocada final convirtiendo un penal en el minuto 95 y el resto fue historia.
El Madrid se concentró en defender ese resultado, que los dejaba arriba con un global de 6-5, y el City sencillamente nunca tuvo respuesta.