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En solo horas, millones de aficionados en el orbe estarán pendientes de debut de Francia ante Australia en el Mundial de Qatar, en un partido que en perspectiva parece de puro trámite, pero que será un medidor para saber en que forma llegan “les Blues” a la justa.

Hablamos del vigente campeón y si bien los antecedentes más cercanos no son para nada halagüeños, pues contra todo pronóstico los galos cayeron ante Suiza en la última Eurocopa y llegó la debacle en la reciente edición de la UEFA Nations League, cuando acabaron descendiendo al Grupo B; siempre hay que darle el beneficio de la duda al monarca.

El contexto

Sin embargo, el elenco de Didier Deschamps deberá lidiar con varias agravantes en el certamen, con las lesiones de hombres como Benzema, Kanté, Kimpembe, Pogba y Nkunku dando la nota discordante.

Deschamps, en lo que para muchos fue una muestra de arrogancia y soberbia, decidió no escoger un sustituto por Benzema, quizás como una gran muestra de confianza en su plantel, tal vez buscando quitarse el lastre de lo ocurrido hace veinte años.

Y es que hace dos décadas, cuando apenas comenzaba el siglo XXI, en el Mundial de Corea y Japón en 2002, los franceses llegaban en una situación similar a la de ahora, siendo los vigentes campeones del mundo y también de Europa, luego de someter respectivamente a Brasil en 1998 y a Italia en el año 2000.

Era una verdadera maquinaria, para muchos entendidos una de las mejores selecciones en todos los tiempos, solo superada por el Scracht du Oro, el Brasil de 1958. Una nómina de lujo con figuras de la talla de Marcel Desailly, Claude Makelele, Patrick Vieira, Bixente Lizarazu, Robert Pirés, Thierry Henry, David Trezeguet y el legendario Zinedine Zidane.

El precedente

Justo antes de empezar el Mundial, las lesiones de Zidane y Pirés lastaron bastante la proyección ofensiva del conjunto, pues no había quien generara el juego con la efectividad de “Zizou” y el 30 de mayo de 2002 en el partido inaugural, los europeos fueron sorprendidos por Senegal.

La derrota 1-0 fue un mazazo psicológico para el elenco francés que se aferró al posible regreso de Zidane, pero aquello no bastó, pues tras el fracaso inicial nunca funcionaron como equipo, empatando con a cero con Uruguay y perdiendo 2-0 con Dinamarca.

Una debacle, un desastre que opacarían cuatro años después llegando a la final en el Mundial de Alemania pero que igual seguiría presente en la memoria de millones de fanáticos, pues jamás se podía haber pensado que Francia quedaría en primera ronda.

Paralelismos

En este punto, volviendo a 2022, previo al debut de “les Blues” ciertos paralelismos se imponen para sentar una especie de cábala; la lesión de Benzema, la maldición del campeón pues desde Brasil en el 58 y el 62, ningún equipo ha repetido y en otra instancia, el hecho de que otra vez como en 2002, Dinamarca repite en el mismo grupo de los galos.

Como sea es un equipazo; Mbappé, Giroud, Griezman, Dembelé, Varane, Upamecano y Konaté, pero está aquella historia marcando la pauta y en ese sentido es imposible mirar al lado.

¿ Romperá Francia la maldición?¿ se repetirá la historia del 2002?