El pasado mes de marzo, en un acto en el Círculo Ecuestre de Barcelona, ​​Joan Laporta anunció que estaba considerando ofrecer a Xavi Hernández una renovación de contrato “aunque no ganemos la Liga”. El presidente azulgrana se mostró encantado con el trabajo realizado por el técnico y su comprensión de la situación económica del club.

Laporta valoró que Xavi siempre apoyara al club y no exigiera imposibles. Xavi quiso centrarse en el aspecto deportivo y su equipo acabó ganando la Liga, lo que confirmó además que empezar a pensar en renovarle estaba más que justificado. Las dos partes siguieron hablando discretamente, pero siempre que al técnico le preguntaban por su continuidad repetía lo mismo: “No habrá problemas”.

Laporta insistió en junio en que la renovación del técnico no era “prioritaria” porque la primera prioridad era “construir un equipo competitivo”, pero con este objetivo ya conseguido se ha avanzado mucho en la continuidad del técnico.

Así pues, la continuidad de Xavi está prácticamente asegurada. Ampliará su contrato con el Barça hasta el 30 de junio de 2026. Su contrato actual expira el próximo verano.

“¿Mi renovación? De cero a 10 es 10 sobre 10”, dijo el 18 de agosto. Habló con pleno conocimiento de causa porque los principales detalles de su prórroga ya estaban acordados.

Esta semana no se esperan novedades al respecto porque quien tiene que cerrar el trato es el nuevo responsable deportivo, Deco. Y el ejecutivo portugués está ausente. Se ha tomado unos días de descanso tras el duro trabajo realizado durante el mercado de fichajes.

Cuando regrese podría haber novedades y anunciar oficialmente el acuerdo.

Nadie en el club duda de que Xavi debe seguir al frente del proyecto. La temporada pasada logró conquistar dos trofeos, LaLiga y la Supercopa de España, y ha completado la reconstrucción del equipo en un tiempo récord. El Barça actual es totalmente diferente al que asumió de la mano de Ronald Koeman. Su gran reto es volver a ser competitivos en la Liga de Campeones y este año no pueden permitirse otro tropiezo.

Pese a que cada negociación tiene sus ‘timings’ y que muchas veces aparecen piedras en el camino, la fluidez entre el club y Xavi ha sido absoluta. Ambas partes tenían claro que querían permanecer unidas y se han superado todas las diferencias.

El técnico conseguirá mejoras en lo personal y también en lo que respecta a su cuerpo técnico y a la gente de su confianza, al tiempo que podrá seguir trabajando en un ambicioso proyecto que pretende convertir al Barça de nuevo en una potencia europea, no sólo en términos de imagen sino también de términos de resultados deportivos.

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Ya se han dado los primeros pasos y consiguieron recuperar LaLiga, pero lo que aspira Xavi, y también los responsables del club, es volver a dominar el fútbol español y europeo.