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Tiger Woods enfrenta un Genesis Invitational diferente este año, con un cuerpo envejecido, nueva indumentaria y un rol destacado como director de jugadores en la junta política del PGA Tour.

El retorno anual de Tiger Woods al Genesis Invitational se presenta esta vez con un giro distintivo. Aunque su cuerpo refleja el paso del tiempo y su vestimenta exhibe una nueva marca, hay más en juego. Woods no solo es el legendario competidor, sino también el director de jugadores en la junta política del PGA Tour, un papel que asumió tras un movimiento inusual de los jugadores prominentes.

En su comparecencia ante la prensa después de dos meses de silencio, Woods abordó una serie de preguntas que se acumularon durante su ausencia. Este nuevo papel no solo implica el desafío en el campo de golf, sino también interrogantes sobre reuniones con inversores sauditas, asociaciones empresariales y la reestructuración del golf profesional.

Woods, ahora un líder en el PGA Tour, se enfrenta a preguntas cruciales sobre la inversión del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF). Las negociaciones, según Woods, están en curso y se describen como “continuas” y “fluidas”. Aunque comparte detalles financieros, su enfoque cauteloso refleja una conciencia de la magnitud de sus palabras en el mundo de los negocios.

En cuanto a los objetivos finales de la inversión saudita en el golf, Woods revela la ambigüedad de la situación y cómo ha evolucionado en los últimos meses. Su posición en el Tour lo coloca en el centro de decisiones que afectan tanto a los jugadores como a los fanáticos del deporte. Las respuestas de Woods, aunque cuidadosas, dejan abiertas las interrogantes sobre el impacto final de estos cambios en el mundo del golf.

A medida que Tiger Woods enfrenta un retorno al golf, también enfrenta un escrutinio más allá de los fairways, con su influencia alcanzando dimensiones que trascienden el juego que ha dominado durante décadas.