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Si tenemos que definir el Golf desde un punto de vista práctico, podrimos apelar al diccionario y concluir que el golf es un deporte de competencia individual al aire libre cuyo objetivo es introducir una bola pequeña y liviana en un conjunto de hoyos distribuidos en el campo, empleando para ello el menor número de intentos posible. Para esto se usan un conjunto de palos de metal y de madera, diseñados con ángulos distintos y para cubrir diferentes longitudes. A quienes practican el golf se les conoce como golfistas. nadie discutirá que es así, no hay dudas, pero hay mucho más detrás de solo golpear la pelotita con un palo. El golf despierta pasiones, mueve multitudes y millones de dólares, el deporte cuenta con una carga emotiva que difícilmente pueda describir un diccionario. En estas notas recorreremos los distintos aspectos del deporte incluyendo detalles de su juego como asi tambien su factor emocional intangible
A pesar de que se trata de un deporte de probable origen escocés, hay quienes sugieren que el nombre “golf” proviene del vocablo holandés kolf (“palo” o “garrote”). Otras etimologías, por el contrario, afirman que se trata en realidad de las iniciales de Gentlemen Only, Ladies Forbidden (“caballeros únicamente, damas prohibidas”), inscripción que solía pintarse en letreros situados en los campos destinados al deporte, que formaban parte de clubes sociales de caballeros.
El golf es un deporte sumamente popular en el mundo moderno y es considerado hoy en día como un deporte olímpico, gracias a su reinserción en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Hasta ese entonces había estado ausente de las Olimpíadas durante 112 años, desde los Juegos Olímpicos de San Luis de 1904. No se puede obviar que sus orígenes están vinculados al momento de esparcimiento de los reyes, y que su practica era muy exclusiva asociado con las clases pudientes y en especial con la cultura anglosajona: la inmensa mayoría de sus campeones y jugadores destacados son estadounidenses, ingleses, sudafricanos o australiano
Los orígenes exactos del golf son inciertos. Se sabe que un deporte similar era practicado en Escocia y en Holanda a finales del Medioevo, cuyo nombre varía entre kolven, colf e incluso chole, en francés. Sin embargo, la primera mención escrita del golf se encuentra en dos actas del Parlamento de Escocia del siglo XV, en las que se prohibía la práctica de este deporte. Por esa razón se considera probable que fuera un invento escocés.
El golf estuvo prohibido en Escocia durante buena parte del siglo XV, hasta que la paz entre Inglaterra y Escocia permitió nuevamente su práctica, sobre todo a la luz de que el rey Jacobo IV lo practicaba, a juzgar por los registros de gastos en palos de golf hechos para el monarca. Gracias a esta asociación entre el deporte y la realeza, se popularizó en toda Gran Bretaña a lo largo del siglo XVI, al grado tal que el rey Jacobo VI nombró a William Mayne, el primer fabricante de palos del que se tiene noticia, como Royal Clubmaker, esto es, “fabricante de palos real”. En ese siglo aparecieron también los primeros campos de golf, de los cuales el más antiguo es el Old Links en el Hipódromo de Musselburgh, en Escocia, en donde también se crearon en 1744 las primeras asociaciones de jugadores de golf: la Honourable Company of Edinburgh Golfers (“La Honorable Compañía de Golfistas de Edimburgo”) y The Royal and Ancient Golf Club of St. Andrews (“El real y antiguo club de golf de San Andrés”).
Al año siguiente, también en Gran Bretaña, se creó la primera reglamentación oficial de este deporte, y en 1857 apareció el primer manual de golf de la historia: “El manual del golfista”, escrito bajo seudónimo por el autor británico Henry Brougham Farnie (1836-1889).
El golf se popularizó primero en Europa y luego en otras geografías, especialmente de la mano del Imperio británico en el siglo XIX. Se jugó por primera vez en los Juegos Olímpicos en la edición de París de 1900 y luego en la edición de San Luis (Estados Unidos) de 1904. En ambas ediciones participaron únicamente Estados Unidos y Canadá, y solo con deportistas masculinos; luego no volvió a jugarse en el contexto olímpico hasta el 2016. El primer club femenino de golf se fundó en St. Andrews, Escocia, en 1967.