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Dentro de la lista de los mejores jugadores de golf de la historia bien arriba está el mejor amateur de todos los tiempos y quien sabe si el golfista más grande todos. Hablamos, claro, de Robert Tyre Jones, Bobby Jones, que nunca llegó a ser profesional porque no quiso y porque se retiró del golf a los 28 años. Nació en 1902 en Atlanta (EEUU). Ganó el US Open en cuatro oportunidades y el Open Británico en tres. Además, se impuso en el British Amateur en una ocasión y venció en el US Open Amateur en cinco oportunidades. Su año de máxima gloria fue 1930. Se convirtió en el primer y único golfista hasta el momento en ganar los cuatro grandes de su época en una misma temporada: US Open, US Amateur, British Open y British Amater. Otra de sus grandes aportes a la historia del golf fue la creación del Masters de Augusta. A los 23 años fue reconocido como el mejor jugador de Norteamérica.
El legado más conocido y reconocido de Jones es sin duda su contribución a la creación del Augusta National, cuna del Masters y quizá el mejor campo de golf del mundo.
En 1948 llegó el golpe más duro para Jones: le fue diagnosticada una rara enfermedad del sistema nervioso central y nunca más pudo jugar al golf. Sufría de fuertes dolores en la espalda y el cuello y las pruebas médicas demostraron que tenía crecimientos óseos en tres vértebras cervicales. Jones se vio obligado en un principio a caminar ayudándose de un bastón, luego usó muletas y finalmente pasó los últimos años de su vida postrado en una silla de ruedas, aunque siguió ejerciendo de anfitrión del Masters de Augusta. Tras 22 años sufriendo dolores de distinta intensidad, murió el 18 de diciembre de 1971 a la edad de 69 años. En 1974 su nombre se incluyó en el Hall Mundial de la Fama del Golf.
Jones consideraba que el secreto del golf radicaba en “convertir tres golpes en dos” y decía que el golf de alta competición se juega principalmente “en un campo de cinco pulgadas y media: el espacio que hay entre tus orejas”.