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En una inesperada vuelta de los acontecimientos, la famosa modelo Bella Hadid ha visto cómo su colaboración con Adidas se desvanece en medio de un torbellino de críticas. La campaña publicitaria que la destacaba como embajadora para un relanzamiento de zapatillas ha sido abruptamente cancelada, generando una controversia que toca fibras sensibles en el contexto político y deportivo internacional.

Un Lanzamiento Cargado de Historia

Bella Hadid, conocida por su presencia en el mundo de la moda y su firme postura política, estaba destinada a protagonizar una campaña para el relanzamiento de las icónicas zapatillas SL 72 de Adidas. Este modelo tiene una conexión histórica significativa, ya que fue diseñado originalmente para los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. Esos Juegos Olímpicos son recordados trágicamente por el ataque terrorista perpetrado por el grupo palestino Septiembre Negro, que resultó en la muerte de 11 atletas israelíes y un oficial de policía alemán.

El uso de estas zapatillas en una campaña con Hadid, quien ha sido una voz prominente en la defensa de los derechos palestinos, encendió una controversia debido al delicado contexto histórico asociado con el calzado. Hadid, hija de un magnate palestino y activista comprometida con la causa palestina, se ha enfrentado a críticas intensas por sus comentarios y acciones públicas en apoyo al pueblo palestino.

La Controversia del Activismo

Hadid no es una figura ajena a la controversia en el ámbito político. Su apoyo vocal a la causa palestina y sus donaciones significativas, junto con su frecuente condena de las acciones israelíes, la han colocado en el centro del debate. Recientemente, ella y su hermana, Gigi Hadid, donaron un millón de dólares para ayudar a los palestinos, lo que intensificó aún más la controversia que rodea a la campaña de Adidas.

La respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel fue rápida y contundente. El gobierno israelí criticó públicamente a Hadid, acusándola de promover el antisemitismo y la violencia contra Israel. Las acusaciones reflejan la polarización en torno al conflicto israelí-palestino y cómo las figuras públicas y las marcas pueden verse atrapadas en el fuego cruzado de las tensiones políticas.

La Decisión de Adidas

En respuesta a la creciente presión y a las críticas recibidas, Adidas decidió retirar las imágenes de Hadid de sus plataformas digitales y cancelar la campaña. Esta decisión marca un giro significativo en la estrategia de marketing de la marca y plantea preguntas sobre el equilibrio entre la promoción de figuras públicas y el manejo de sensibilidades culturales y políticas.

Bella Hadid, por su parte, ha expresado su desdén por la decisión de Adidas y ha anunciado acciones legales contra la marca. En una declaración pública, Hadid reiteró su compromiso con la causa palestina y la defensa de los derechos humanos, afirmando: “No tengo miedo de perder trabajos. Continuaré apoyando a la causa palestina con la misma pasión que tengo por los refugiados sirios”. Su postura desafiante resuena con sus seguidores y refuerza su imagen como defensora inquebrantable de sus creencias.

Un Legado Complejo

El episodio revela la complejidad de cómo los eventos históricos y los contextos políticos actuales pueden intersectar en el mundo del deporte y la moda. La conexión entre las zapatillas SL 72 y el trágico ataque en Múnich añade una capa de complejidad a la controversia que enfrenta a figuras prominentes como Hadid con marcas globales como Adidas.

Mientras se acerca la fecha de los Juegos Olímpicos de París 2024, la polémica en torno a Hadid y Adidas subraya cómo las marcas deben navegar cuidadosamente entre sus asociaciones comerciales y las realidades políticas y culturales del mundo actual. Este incidente resalta la necesidad de una sensibilidad aún mayor en la gestión de campañas publicitarias que pueden tocar temas profundamente divisivos.

El conflicto entre la imagen pública de Bella Hadid y la historia asociada con las zapatillas SL 72 de Adidas ha puesto de manifiesto las tensiones entre la identidad personal, el activismo y las estrategias comerciales. A medida que el debate continúa, queda claro que el equilibrio entre la política, la historia y el comercio es más frágil y complicado de lo que muchos podrían haber anticipado.