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París 2024 ya inició su cuenta regresiva tras faltar menos de un año para que la llama olímpica se encienda en la capital francesa dando inicio a una nueva edición del evento deportivo más grande del mundo. Francia se prepara con todo para que sus Juegos sean una gran demostración de modernidad y originalidad, y una muestra de eso es que la ceremonia de apertura será a orillas del mítico río Sena, en vez de en un estadio. Pero se enfrentan a un duro contrincante.

Los históricos libreros que se apuestan a orillas del Sena, en París, se niegan a trasladarse con sus puestos durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos que se realizarán en 2024, tal y como les han pedido las autoridades, y recibieron el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad que definió su actividad como “parte de la identidad de los muelles del Sena”.

Es la primera vez que la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos se va a celebrar fuera de un estadio y está previsto que para el evento que se realizará entre el 26 de julio y el 11 de agosto de 2024 más de 160 barcos lleven a las delegaciones por una ruta de seis kilómetros desde el Puente de Austerlitz hasta el Trocadero, pasando por muchos famosos monumentos, puentes e instituciones culturales parisinos como la catedral de Notre Dame, el Louvre y la Torre Eiffel.

En ese marco, la prefectura de la policía de París consideró “indispensable” para garantizar la seguridad del acto que los puestos que suelen usan los libreros, y que están situados dentro del perímetro de la ceremonia, sean “retiradas”. “¿Hubiéramos movido la Torre Eiffel si obstaculizara la vista?”, preguntó Albert Abid, que vende libros en un puesto desde hace unos 10 años, en una entrevista a Le Parisien consignada por el diario El Mundo. Otro librero dijo a la radio Europe 1 que se sienten “como moscas en un pastel” a las que “espantan”; mientras que otro colega desafió al Ayuntamiento en las páginas de la revista Marianne: “En tres décadas, mis cajas no se han movido nunca. No veo por qué eso tendría que cambiar ahora”.

En tanto Jérôme Callais, representante de cerca de 200 libreros del Sena, casi un 90% del sector, afirmó que no tienen “ninguna intención de moverse”: “Nos explicaron claramente que íbamos a tapar la vista el día de la ceremonia”, declaró y argumentó que son “un símbolo importante de París, hace 450 años que estamos aquí. Querer borrarnos del paisaje, mientras que la celebración de estos Juegos debe ser la celebración de París, parece algo un poco loco”.

A su vez en un comunicado divulgado en estos días, la ciudad de París aseguró que los bouquinistes tienen su apoyo y reconoció que su actividad “forma parte de la identidad de los muelles del Sena”. La institución calcula que unas 570 cajas podrían ser retiradas, es decir, el 59% del total.

El Ayuntamiento, por su parte. propuso encargarse de la retirada y de la reinstalación posterior de esas cajas, y de los gastos ligados a una eventual renovación de las que resulten dañadas en la operación y Callais, por su parte, en representación de los libreros consideró que algunas cajas son “demasiado frágiles” para ser transportadas y evaluó en 1,5 millones de euros el coste de la renovación de todas las cajas.

La insistencia por desalojar a los libreros la sostiene Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, organizador de los Juegos que dice que “la organización de la ceremonia de inauguración se alinea perfectamente con la ambición de Paris 2024 de reinventar el modelo de los Juegos abriendo la participación al mayor número de personas posible”. “Esta ceremonia será una experiencia excepcional para todos los atletas participantes, pero también, y sobre todo, para la gente de París, para Francia y para el mundo entero”, manifestó sobre un escenario que todavía está atravesado por negociaciones abiertas.