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Alexander Ogando, con solo 23 años, ya ha dejado una huella imborrable en el deporte nacional y en el atletismo, al convertirse en medallista olímpico. Ahora, con los Juegos de París en el horizonte, se fija metas aún más ambiciosas: buscar el oro en los 200 metros y en los 400 planos.

En una conversación con HOY,  visto en un artículo de José Cáceres, Ogando compartió sus ambiciones y el camino que lo ha llevado hasta este punto. Reconoce la influencia vital de su entrenador y amigo Félix Sánchez, a quien considera como un padre y una fuente constante de sabiduría y consejos. Además, destaca la importancia de la pasión, la disciplina y el trabajo arduo para alcanzar los grandes sueños.

Para Ogando, el camino hacia el éxito no ha sido fácil. Desde sus humildes comienzos en el atletismo, ha enfrentado desafíos y críticas, pero nunca ha renunciado a su sueño.

Su determinación y dedicación lo llevaron a destacarse en el atletismo desde una edad temprana. Con el apoyo de su familia y el respaldo de su abuela, quien le otorgó el permiso para seguir su pasión en Santo Domingo, Ogando ha demostrado una determinación inquebrantable en su búsqueda del éxito deportivo.

Fuera de la pista, Ogando es un admirador fiel del equipo de béisbol Licey, con Emilio Bonifacio como su ídolo. Además, encuentra inspiración en la música de artistas como Juan Luis Guerra y Ramón Torres, y sigue de cerca a figuras deportivas como LeBron James, Kobe Bryant y Usain Bolt.

Aunque sueña con estudiar Administración de Empresas y Marketing, Ogando asegura que siempre estará ligado al atletismo y al béisbol, dos pasiones que han moldeado su vida y su carrera hasta el momento. Con su determinación y enfoque inquebrantable, Alexander Ogando se prepara para escribir el próximo capítulo de su historia en los Juegos Olímpicos de París, donde espera llevar a casa no uno, sino dos oros para su país y para sí mismo.