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En el escenario deportivo de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde las estrellas más jóvenes del fútbol mundial buscan consagrarse, un nombre resuena con fuerza entre la delegación paraguaya: Julio Enciso. Este joven talento, apodado cariñosamente “La Joya”, se ha convertido en la figura emblemática de la Albirroja Sub-23, encendiendo la ilusión de un país que sueña con revivir la gloria futbolística.

Con tan solo 20 años, Enciso ya ha demostrado ser un jugador de clase mundial. Su fulgurante ascenso lo ha llevado desde las canteras del Club Libertad en Paraguay hasta el Brighton & Hove Albion de la Premier League inglesa, donde ha cautivado a la crítica con su desbordante talento.

En la cancha, Enciso se destaca por su velocidad electrizante, su regate endiablado y su exquisita definición. Su capacidad para desequilibrar defensas y generar ocasiones de gol lo convierte en un arma letal para el ataque paraguayo.

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Pero más allá de sus habilidades técnicas, Enciso posee una madurez futbolística que supera con creces su edad. Su visión de juego, su inteligencia táctica y su capacidad para tomar decisiones acertadas bajo presión lo convierten en un líder natural dentro del campo.

En París 2024, Enciso ha asumido con responsabilidad el rol de referente en la selección paraguaya. Sin embargo, Enciso no es un jugador individualista. Su éxito se basa en un trabajo colectivo impecable y en la química que ha desarrollado con sus compañeros, especialmente con el también talentoso Diego Gómez. Juntos, forman una dupla imparable que ilusiona a toda la nación paraguaya.