Pocos clásicos tuvieron tan poca expectativa como el de hoy. Sin Cristiano Ronaldo, sin Lionel Messi, con ambos equipos sin brillar en cada actuación y con el Barcelona en medio de una crisis institucional y deportiva cada vez más aguda, no había tantos atractivos. Pero un Clásico es un Clásico.

Ni bien empezó a rodar la pelota en el Camp Nou, cada cual apeló a su libreto para intentar llevarse mas que tres puntos del juego, sino un poco de aire en una situación que, sobre todo para el equipo culé, una derrota podía significar un golpe muy grande difícil de superar.

Ancelotti, que repitió el once que goleó al Shakhtar, tuvo claro el guión desde el primer minuto, aguantar las tímidas embestidas de su rival y hacerle daño al contragolpe.

Y el que golpeó primero fue el que estaba mejor en la cancha. El Real Madrid supo como ordenarse y trasladar el balón en campo rival, al contrario de como ocurrió en muchas otras ocasiones. Y el que puso en ventaja a la visita fue David Alaba, que convirtió su primer gol en el equipo blanco tras su llegada desde el Bayern Munich y empezó a pagar su precio.

Allí el Barcelona se descontroló y no supo como sacar adelante el partido. Si algo le falta al equipo de Ronald Koeman es esa capacidad de remontar. Si bien venía de hacerlo ante Valencia, pareció mas un caso aislado que una virtud.

Piqué pudo empatar, pero cabeceó demasiado cruzado un córner botado Memphis, y Alaba tapó un disparo de Ansu Fati, a asistencia de Jordi Alba, poco antes del final de la primera mitad.

Así se desarrolló el segundo tiempo en el que la tensión por el resultado parejo no coincidía por la tranquilidad del Real que no tuvo nunca en riesgo la victoria. Lucas Vázquez aumentó la diferencia y solo hubo tiempo para el descuento de parte de Sergio Agüero que convirtió su primer tanto con el club catalán.

De esta forma, Real Madrid iguala la linea de Sevilla y Real Sociedad con 20 puntos y se suma al lideraro de LaLiga, a la espera de lo que suceda con Atlético de Madrid. Barcelona no tomó aire, el futuro de Koeman es incierto y quedó noveno, fuera de las copas, con 15 puntos.