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Pudo sentenciar a LaLiga, pero las dudas empezaron a aparecer otra vez y ahora cada tropiezo puede traer grandes consecuencias en el equipo. Tras el empate entre Real Madrid y Atlético en el Bernabéu, Barcelona tenía la oportunidad de, si vencía a Almería, sacar diez puntos de ventaja a su máximo rival, su inmediato perseguidor. Pero no.
Lo que parecía un encuentro accesible, dado que su rival de turno pelea la permanencia, terminó siendo un calvario en el que cayó 1 a 0 con un gol de Toure en el primer tiempo. La derrota caló hondo a pesar de los siete puntos que siguen siendo una diferencia considerable en la tabla. Pero todo depende del mismo equipo blaugrana, quien debe hacer que los fanáticos confíen, los mismo que se preguntan si el equipo está para campeón.
Nadie discutió la victoria del Almería el día en que el Barcelona sumó su segunda derrota del campeonato después de la sufrida en octubre en el Bernabéu. El equipo no quiso ser menos que el club y se pegó un tiro en el pie después de un inmaculado 2023.
La pasión del Almería contrastó con la apatía de un equipo azulgrana perdido futbolísticamente sin Pedri cuando quedan 15 jornadas de Liga y se anuncian las semifinales de Copa contra el Madrid después de perder en dos escenarios tan diferentes como Old Trafford y en Almería.
La próxima jornada tendrá al Barcelona visitando Valencia, mientras que el Real hará lo mismo con el Betis, en una jornada en la que ambos tendrán duelos difíciles, pero en el que la presión mayor la tendrá el líder, teniendo en cuenta que si pierde LaLiga después de tantas jornadas liderando, rodarán cabezas a mansalva luego de perder en los otros escenarios como la Europa League