El receso de las ligas europeas por la Fecha FIFA hizo que muchos jugadores, que no fueron convocados por sus selecciones, tuvieran la oportunidad de descansar y relajar la mente en una temporada que busca retornar la normalidad en el fútbol.
Uno de ellos milita en el Espanyol de Barcelona, tradicional equipo de LaLiga que regresó a Primera División luego de un oscuro paso por Segunda y que ahora está mejorando el nivel tras un comienzo flojo en la presente temporada.
De hecho, en la última jornada venció al Real Madrid, quitándole el invicto y el liderato en soledad. Y una de las figuras de ese partido para el equipo “periquito” fue Sergi Gómez, uno de los jugadores más particulares de toda LaLiga.
Gómez, defensor de 29 años, surgió de las inferiores del Barcelona, en el que apenas jugó un partido. Luego de pasar varios años en el Barcelona B, el destino quiso que ahora defienda los colores del clásico rival de la ciudad catalana, el Espanyol.
Sergi llegó esta temporada, para reforzar a un equipo que luchará por mantenerse en la máxima división, y rápidamente se adueño del puesto de primer marcador central. Disputó todos los partidos, hasta el momento, excepto uno que tuvo que verlo desde fuera por una suspensión tras haber sido expulsado ante Mallorca.
Así y todo, se ganó a la afición, no solo por su buen nivel en la zaga central, sino también por su particular estilo de vida. En una entrevista al medio del club, Gómez respondió preguntas de los fans y reveló detalles sobre su vida que poco coinciden con la tendencia actual entre los futbolistas.
“Me levanto temprano para hacer las cosas con tiempo, aún cuando no hay partido o entrenamiento”, explicó sobre su día a día. Además, admitió que sus hobbies distan mucho de lo tradicional en los jugadores actuales.
“Soy un gran aficionado a la lectura, de hecho paso a recomendarles ‘El monje que vendió su Ferrari’. En cuanto a música me gusta el grupo Txarango”, admitió. Pero cuando un fanático le preguntó sobre su videojuego favorito, reconoció “nunca tuve una PlayStation y tampoco he jugado con alguna“, lo cual sorprendió a más de uno.
Sumando particularidades, el defensa explicó que cuando llegó al club quería el dorsal 25 porque fue el día que firmó por el Espanyol y porque su hijo nació en esa fecha, pero su tuvo que conformar con el 24, ya que ese número estaba ocupado por el venezolano Yander Herrera.
De todas formas, le da igual el dorsal. Lo importante para Sergi es que el equipo puede hacer grandes cosas este año: “La línea debe ser la del otro día ante el Madrid. Tenemos un gran equipo y podemos hacer grandes partidos. Hay que confiar, creer y sentirnos importantes. Podemos competir con cualquiera”.