A sangre fría, así como un témpano, como en la novela de Truman Capote, como un asesino en serie, Juan Miranda marcó el penal que sellaba la victoria del Betis y mataba la ilusión del Valencia de volver a ser campeones.
En los penales que es como decir la última cena del fútbol, donde el que falla se vuelve el más vil traidor y el que decide lo hacen santo; ahí, en ese espacio sagrado donde se eleva la magia del fútbol, en los penales ganó hoy el Betis, la Copa del Rey.
Diecisiete años después
Y tuvieron que pasar diecisiete años para que los andaluces volvieran a coronarse en esta competición, luego que en 2005 vencieran al Osasuna,2-1.
Diecisiete años para el cuarto título de su historia como club, cuatro en casi noventa años y este espacio de tiempo abismal le da el calado exacto que tiene el suceso…una épica.
Y el Betis ganó y ya es el mejor final para un equipo que lo dio todo en la cancha, rindiendo una temporada mágica que al momento de escribir esta crónica los tiene de quintos en La Liga.
La mística de Pellegrini
Entonces Pellegrini miraba, el error defensivo provocó el empate del Valencia por medio de Hugo Duro y las cosas ahí se debieron quebrar, a cualquiera se le rompían los nervios pues la presión era atroz, pero era Pellegrini, el ingeniero Manuel Pellegrini y las cosas cambian.
Y Pellegrini puede ser ingeniero, arquitecto, médico o músico, puede ser eso y mucho más, pues sana el espíritu de la afición, cura las heridas del orgullo, crea las mejores jugadas y como en un vals se saca el último invento del juego y gana.
Este es Pellegrini y sabía que hacer para aguantar la presión tras el gol, cerró espacios en defensa y metió toda la presión en el medio campo para generar salida y crear opciones con la combinación de Borja Iglesias, Nabil Fekir y Juanmi.
Las opciones llegaron, Borja había marcado el primero y tuvo varias, también las tuvieron Fekir y Juanmi pero el arquero Mamardashvili se agigantó.
El momento
Y los penales llegaron, tenían que llegar pues desde el empate Bordalás no apostó a otra cosa pero estaba el Benito Villamarín y hoy fue un bastión inexpugnable, un templo sagrado, el mejor lugar para que el Betis ganará, allí, frente a su gente.
Con el gol de Miranda se desató la locura, la mística de Pellegrini estaba de regreso, la misma del Manchester City y la del Villarreal en 2006; todos sabían, confiaban en que hoy, era un día histórico.
Y ganó el Betis y volvió la mística de Pellegrini pero también Joaquín, el mítico Joaquín Sánchez se vistió de grande, de leyenda.
El veterano estuvo en la victoria de 2005 y vuelve a levantar la Copa del Rey este domingo.
No podía haber mejor guión para esta película, un día que pudo ser como otro cualquiera volvió a renacer la ilusión allí en un lugar sagrado de Sevilla.