El Real Madrid tiene cien por ciento de efectividad en lo que va de LaLiga. Tres triunfos en tres presentaciones, no solo lo dejan en lo más alto de la tabla, sino que además le da aires para encarar el inicio de una temporada que será exigente cuando se sumen más competencias.
Por eso mismo, es imperioso que el plantel esté en buen nivel y el recambio sea de calidad. Y el entrenador Carlo Ancelotti está teniendo dificultades para que todos los jugadores estén en la misma sintonía. Y uno de ellos es Eden Hazard con quien la paciencia ya no es la misma que en otras épocas.
El belga, proveniente del Chelsea hace ya tres años, prometió que para esta temporada iba a volver a verse a ese jugador que encandiló a los fanáticos con sus actuaciones en la Premier League, pero en este puñado de partidos, no se ha visto mejoría alguna.
Es cierto que desde lo físico y actitudinal Hazard ha mostrado crecimiento, pero la realidad es que en lo estrictamente deportivo el jugador sigue sin poder encajar. Lo curioso, es que jugadores como Tchouameni y Camavinga se han metido de lleno en el planteo del equipo en muy poco tiempo desde su llegada y hoy son piezas fundamentales para el funcionamiento de un mediocampo renovado.
Pero con Eden parece no haber salida, ya que para colmo, en la victoria ante Celta de Vigo, su amigo Benzema le cedió la posibilidad de convertir un penal sobre el final del partido pero Hazard lo falló. Para el equipo no significó nada porque ya ganaba 4-1 pero para el jugador fue demoledor, al punto que ante Espanyol no vio minutos.
Tchouameni y Camavinga jugaron todo, son de los refuerzos que prometen ser más rendidores. Por Hazard, que jugó media hora ante Almería, apenas diez minutos ante Celta y no salió del banco ante Espanyol, no el panorama es oscuro. Incluso, siguiendo por este camino, es difícil que otro equipo se interese por el para recuperar algo de la inversión hecha