Orlando Calixte vivió un episodio extraño en su último turno en el Estadio Quisqueya Juan Marichal. Al momento de estar en el plato sonó la canción “Palito de coco”, además en creole, el idioma de la República de Haití, hay que recordar que el jugador posee la doble nacionalidad, es decir, es dominico-haitiano.
Hasta allí podría parecer todo normal, el tema es que a los bateadores de un equipo visitante en ningún estadio del mundo se le coloca música antes de su turno al bate, ese es un privilegio reservado para los peloteros que juegan como homeclub. Entonces ya ahí, la cosa deja de ser normal.
En una entrevista en el programa de radio Mañana Deportiva el gerente de las Águilas Cibaeñas, Ángel Ovalles, dio su parecer al respecto y también contó cómo el hecho causó malestar entre el dogout aguilucho: “Realmente fue un poquito desagradable eso que se escuchó en el estadio. Tuve que calmar a lo muchachos, se armó una pequeña revuelta, sus compañeros se molestaron más que el propio Orlando”, explicó el gerente”.
“Los muchachos sintieron que era bullying contra Orlando”. Ovalles también informó que en la próximas horas se reunirá con el presidente de las Águilas Cibaeñas, Victor García Sued, para ver si harán un reclamo formal ante la Liga de Béisbol Profesional Dominicano”.
El gerente prosiguió: “No podemos tolerar el racismo. Si fue con esa intención que se hizo, lo condeno totalmente, pero escucharemos la explicación de la otra parte. Será una situación que manejaremos el día de hoy”.
Por su parte los Tigres del Licey no han emitido hasta ahora ningún tipo de comunicado explicando o condenando lo sucedido en el partido.
Luis Polonia fue uno de los primeros en hacer el reclamo en redes sociales, a través de su cuenta en Instagram condenó la situación.
Otros cronistas deportivos también se hicieron eco del reclamo de los jugadores y condenaron el hecho, aún cuando son abiertamente fanáticos del Licey, tal es el caso de Mike Rodríguez.
Por su parte la Federación Nacional de Peloteros Dominicanos realizó un llamado de No al Racismo y a recordar que el béisbol es una gran familia.
Solo queda esperar si habrá algún tipo de resolución ante la situación o no pasará a mayores. Si bien cierto que el DJ decide como amenizar el juego, no es menos cierto, que trabaja para la organización de los Tigres y a final de cuentas, la responsabilidad y el manejo ante la opinión pública radica en Licey.
La cuerda en la pelota siempre va a existir, el tema está en cuándo deja de ser algo gracioso para convertirse en algo ofensivo.
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