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Siempre es bueno conocer qué hacer para mantener fuera de circulación al mejor bateador de la liga. Los números pueden darte una pista. Ahora, si las cifras se conjungan con la experiencia entonces el resultado es el esperado.
En la noche del martes, Fernando Rodney y Carlos Paulino supieron dominar al peligroso Ronny Mauricio y lo hicieron lucir mal. El ambidextro no pudo descifrar los pitcheos y…
Era el bateador del inning. Había dos en circulación. El palo estaba latente. Dos cambios de velocidad y problema resuelto. “Cuando tú te enfrentas a un prospecto de esa calidad que está teniendo una buena temporada y también cuando tú tienes en la lomita a uno de los mejores cerradores dominicanos yo me voy (pido) con el mejor pitcheo de él”, explica Paulino.
Y es que la secuencia fue genial. Le abrió con un cambio, luego lo pasó con la recta, y para liquidarlo otro cambio. Porque ese es el mejor lanzamiento de Rodney, el cambio de velocidad.
Pero, en honor a la verdad, no sólo fue Rodney quien dominó al Licey. Los relevistas, todos sin excepción, dejaron amarrados a los bates felinos.
“Nosotros hablamos con el bullpen, era un poco pesada la situación, y vinimos con el bullpen e hicieron el trabajo”.
Para poner las palabras de Paulino en contexto. El primer juego de la doble jornada del martes comenzó a las 3 pm. A las 3:45 lo pararon por una fuerte lluvia pasajera que cayó sobre el estadio y una hora y algo después se reanudó.
Por supuesto, luego de esa pausa los abridores del equipo tuvieron que ser removidos. Comenzó el trabajo del bullpen. Los vinotinto pararon en seco a los toletes azules, entre ellos a Mauricio.
Fue tan perfecta la labor que en los dos partidos el petromacorisano se fue de 8-2 (.250) sin anotadas ni carreras impulsadas. De esos ocho turno, tres outs fueron por la vía del ponche y dos más batazos rodados. Eso es dominar a un bateador.
“Nosotros sabemos el talento que tenemos. Sobre todo el talento que tenemos en la banca y sabemos que las cosas van a a salir bien”.
Webster Rivas fue el catcher en el segundo juego y también supo como dominar al peligros toletero. Al final de la jornada, Mauricio bajó su promedio ofensivo de .328 a .317. ¿Será que de ahora en adelante comienzan a aplicar la receta para ver si paran de una vez el empuje del bateador liceísta?