Hace unos meses conversaba con unos amigos, de pronto hablando de equipos con núcleos perdedores pero que en rachas por quizás los histórico de esos clubes y su ferviente fanaticada, salió la frase de: “ganar tapa todo”, como respuesta a que cuando se consiguen de un momento a otra larga lista de victorias, solemos olvidar con que cuenta el equipo.
Es hoy la representación exacta de los Tigres del Licey, equipo que el pasado jueves fue tendencia en horas picos de la noche tras el despido de su dirigente y gerente general, con la llegada de dos incumbentes a dichos cargos, hoy se habla del equipo como “un nuevo licey” o que se percibe del equipo “otra aura”, quienes hoy gozan de una racha seguida de tres victorias.
Los Tigres destituyeron al dirigente, Tony Díaz, por temas sanitarios de salud por lo cual no podría estar junto al equipo sino en dos semanas, entrando en su lugar entendiblemente José Offerman. Una razón más que entendible, aunque el contexto de la destitución del gerente Carlos José Lugo, aún sigue sin entenderse, ya que duranta casi un año fue el arquitecto de todo el roster del equipo hoy, que todo el que entre en su lugar tendría que jugar bajo lo que este conformo por el poco tiempo de calendario, como es el caso de su sucesor, Audo Vicente.
En un comunicado de prensa el equipo se refiero a los nuevos cambios como: “un cambio de rumbo”, pero al mismo tiempo al hoy exgerente general se le ofrecen funciones ejecutivas como “asistente del presidente”, por lo que muchas cosas quedan al aire y no se entiende muy claro el contexto.
Eso sí, ningunos de nosotros manda en casa ajena, y por supuesto una destitución no la podemos cambiar, pero el contexto que se mira con tan solo 12 juegos en dicho momento en la temporada no queda del todo claro.
El equipo ha tenido cambios a resaltar en su hoy activa racha con un nuevo mando de tres victorias al hilo, como la entrada a cubrir las paradas cortas a Michael de León, mientras teniendo como bateador designado a Ronny Mauricio, quien ha sido el mejor bateador del equipo, pero a la defensiva no ha brillado con la misma suerte; del mismo modo un puesto de titularidad para Anderson Tejeda en la segunda base; la entrada de Yeison Asencio en rol de titular, por lo que mediamente se ha visto un gran manejo del banquillo.
Pero del mismo lado, no era que el equipo iba perder todos sus juegos en la temporada, de eso debemos estar claro… Además, esos jugadores ya estaban durante la dirigencia y gerencia puesta en destitución. Tampoco no es como que la marca de 4-8 en los primeros doce juegos del equipo toma otro rumbo con solo estos movimientos.
Aquí es cuando llega la frase de “ganar tapa todo”, y es que pese a tres victorias al hilo las deficiencias del equipo siguen a flor de piel. 1) El gran número de corredores dejados en base; 2) la excesiva cantidad de ponches contrario a las bases por bolas; 3) la alta cantidad de errores a la defensa.
Durante días de racha el equipo ha dejado, aunque usted no lo crea, 46 corredores en las bases (17 el pasado 12 de nov., 16 al 13 de nov. y 13 al 14 de noviembre), mientras han cometido ocho errores, al mismo tiempo de 17 ponches en tres días, contrario a tan solo seis bases por bolas.
¿Cuál es la definición de este “nuevo Licey?, ¿Hasta cuándo la idea de una mala ejecución con corredores en bases, pésima noción al plato y nefasta defensiva terminaran siendo rentables?, ¿Por qué si se necesitaba de un “nuevo rumbo” el coach de bateo no fue de los sacrificados?, Mientras intento responderme a mí mismo tantas interrogantes, vuelvo y recuerdo al buen amigo con: “ganar tapa todo”.