Jair Camargo llegó para ser el catcher de todos los días del Licey. Y lo hizo de una manera increíble. Se fue para la calle y en ese mismo juego fue quien recibió el juego sin hits ni carreras que los felinos le propinaron a los Toros del Este a domicilio.
“Los nervios siempre están allí”, dijo cuando se le preguntó sobre ese noveno inning, cuando faltaban tres outs para la joya de los felinos. “No en el noveno. Ya desde el séptimo inning yo sabía lo que estaba pasando. Gracias a Dios pude manejar las emociones”.
Camargo apenas tienes 22 años de edad. Es baranquillero y pertener a los Twins de Minnesota. Este año jugó la catgoría Novato y terminó en doble A. Por eso es encomiable el esfuerzo que hizo. Mantener la calma en un momento así no es fácil.
“Yo pedí los pitcheos que consideraba convenientes”, dice. “Pero al final fueron ellos (los lanzadores del Licey) los que hicieron el trabajo”.
Se siente un privilegiado. “¡Gracias a Dios por todas las cosas que me han pasado!”, cuenta. “Debutar como titular y sacar la pelota en ese juego, además de ser el catcher de un juego como ese es realmente un privilegio“.
Colombia siempre se ha dado a conocer por su café, el fútbol, pero no por el beisbol. Este deporte ha irrumpido últimamente en ese país de una manera vertiginosa. Camargo es una muestra palpable de ello.
“El beisbol colombiano a venido creciendo últimamente”, explica. “Se ha hecho un buen trabajo. La liga de invierno ha hecho un buen trabajo. Y no son solo los peloteros. También se trata de personas como Pipe Urueta mánager de los Gigantes”.
Y viene la generación de relevo. “Ahora nos toca a nosotros enseñarle a los jóvenes. Ellos son la generación de relevo del beisbol colombiano”.
Camargo ha llegado al equipo del Licey. Allí tendrá el chance de estar en una vitrina de lujo. Los scouts lo están viendo, todo el mundo sabe que está con los azules y ha debutado de una manera muy peculir.
¿Un presagio de lo que será su temporada en Licey?