Aún recuerdo aquel día cuando Juan Rivera se lesionó en 2006 jugando con en Venezuela con los Caribes de Anzoátegui. Se fracturó la pierna izquierda y durante 2007 solo pudo jugar los últimos 14 partidos con los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim. Fueron días tortuosos para el venezolano, aquella recuperación no fue fácil.
Ahora le sucede a Alexander Canario, súper prospecto de los Cachorros de Chicago, quien en una jugada de rutina se lesionó el tobillo izquierdo de una manera muy aparatosa. ¿Qué va a suceder con este joven? Roster de 40, con planes para ser ascendido, una carrera prometedora.
Como apenas tiene 22 años de edad, calidad para la pelota y ganas podrá recuperarse. Pero es allí donde viene entonces una reflexión ¿vale la pena que las organizaciones de Grandes Ligas dejen a sus prospectos jugar en el Caribe? ¿De verdad es necesario estar en LIDOM o la LVBP o la LMP para “terminar de desarrolarse”?
Jugar aquí ¿para qué?
La respuesta es no. Los grandes peloteros de la historia del beisbol NO necesitaron los circuitos invernales para desarrollarse. Claro, jugaron una gran cantidad de ellos, entre los que contamos a Willie Mays y Bob Gibson, por solo nombrar dos famoso, pero en líneas generales la pelota de invierno no es para desarrollar prospectos si no para ganar torneos.
Y aquellos peloteros que venían en los 50, 60 y 70 eran porque el sueldo en MLB y las menores no alcanzaba. Muchos hacía más dinero en el invierno que sus temporadas regular, por lo que valía la pena correr el riesgo. Ahora las cosas son diferentes. Hay prospectos que firman bonos por cantidades que nunca un equipo del Caribes podrá pagar.
Pero actualmente ¿un millón de pesos le sirve a un novato para “asegurar” su futuro inmediato?
Qué le toca ahora a Canario. Lo más lógico sería esperar unos días y que viaje a Chicago, donde los médicos de los Cachorros evaluarán la dimensión de la fractura y lo pondrán bajo estricta vigilancia. Como tenía el permiso del equipo para jugar, quizá no le afecte en su futuro, pero pararse durante tanto tiempo y luego comenzar una rehabilitación será un proceso largo y lleno de incertidumbres.
Esta es la razón por las cual las organizaciones de Grandes Ligas son reacias, muchas veces, a que los jóvenes prospectos jueguen en su país natal. El beisbol de invierno es una fiesta con músicos prestados y los dueños del show deciden si sus activos, porque esos son los peloteros, activos, se uniforman o no se uniforman en el Caribe.
Casos como los de Canario hacen repensar a las organizaciones si de verdad vale o no la pena dejar que sus muchachos den rienda suelta a la alegrías en los campos de su infancia.