Un variopinto de personas estaban de e temprano en la taquilla izquierda del estadio Quisqueya Juan Marichal, para tratar de adquirir su boleta. “Yo llegué a las 7 de la mañana y a esta hora no me han atendido”, dijo un fanático a la 1:35 de la tarde. Y eso que ya el Licey anunció su venta de entradas vía web.

Un policía nacional custodiaba la fila y los taquilleros trabajan sin problemas. “Hemos cogido de lucha hoy, sí”, cuenta el agente. “Pero en líneas generales no ha habido problemas graves”.

Había disponibilidad en todas las localidades. “Hay que tratar de huir del mercado negro”, contó Pedro, un señor de pelo blanco que estaba a dos perdonas de la ventanilla. “Ellos acaparan todo aquí y allá afuera”.

Aunque en horas de la mañana se reportaron  algunas reyertas y peleas con los puños, ya después se arregló el problema. Cada quien a su lugar en la fila.

“Hay que pagar con menudo”, gritó un moreno flaco, mientras un señor le pasa tres mil pesos en billetes de baja denominación. “¡Aquí los tienes! ¡Vamos juye!”, le increpó esa misma persona, ataviada con una t-shirt roja y adornado con un guilindrajo en su pecho. Aquel babero tenía pintado el diagrama del estadio.

Era un revendedor de la famosa “Asorebol” o la Asociación de Revendores de Boletas “. Así mismo, un sindicato de revendores.

” El problema es que abusan “, cuenta Atiliio.”Yo pasé por la mañana para comprar cixno preferencias, las que cuestan 600 y cada una me la estaban vendiendo en 2700 pesos. Yo no voy a pagar eso por una boleta. Prefiero quedarme en mi casa y ver el juego tranquilo”, explica.

“Yo vine con mi hijo pequeño porque él quiere ver el juego”, cuenta una señora. “Llegué a eso de las 10 de la mañana y pude adquirir las boletas”. Mientras hablaba un niño de alrededor 5 años sonreía al saber que en unas horas estará dentro del recinto donde están algunos de sus héroes.

“¡No hay bleachers!”, se escuchó de repente. Las entradas más económicas se habían vendido todas, sin problemas. Volaron. Y, además, los revendedores no las quieren. Muy pocos pagarían 600 pesos por un ticket como ese.

Ahora, la parte rápida era a través de la venta electrónica. Solo hay que registrarse, confirmar el correo electrónico y hacer el pedido. El fanático recibe un código QR, el cual debe presentar al llegar a la puerta de entrada.

“Yo vine temprano al play por un amigo, pero ya ayer (sábado) yo tenia mis entradas en la mano”, contó Miguel.

Sea como sea, hay opciones. Usted decide cuál quiere utilizar.