La Liga MX es el rey absoluto del fútbol de la región de CONCACAF, pero en los últimos años ha aparecido un duro rival desde el lugar menos pensado: Estados Unidos. La MLS ha revitalizado la cultura futbolística en el país estadounidense y se ha puesto a tiro de disputarle el dominio de la región a México.
Si bien, en cuanto a calidad de jugadores, infraestructura, organización y espectáculo, la MLS puede presumir de superar a todos en el continente, todavía le falta demostrarlo en las competencias internacionales donde el dominio mexicano aún continúa.
Las semifinales de la presente Concachampions enfrentan, por un lado, a dos equipos de la MLS (Seattle Sounders y New York City FC) y, por el otro, a dos de la Liga MX (Cruz Azul y Pumas), por lo que pase quién pase, la final la jugarán uno de cada liga, algo que ya ha sucedido con un claro dominador en los antecedentes.
La primera final entre equipos de ambos países fue en 1997, un año después de la fundación de la MLS, siendo, además, la primera vez que un equipo de Estados Unidos llegaba a la final del máximo torneo continental. Los Ángeles Galaxy enfrentó a Cruz Azul, campeón de la edición anterior, y no pudo quitarle el trono a pesar de empezar ganando 2-0. Finalmente el conjunto cementero lo dio vuelta y venció 5-3.
Al año siguiente habría revancha para la MLS, ya que el que llegó a la instancia decisiva fue el DC United. El equipo de la capital enfrentó a Toluca y le dio el primer título a su país al ganarle por 1-0 en su ciudad (la final se jugaba generalmente en Estados Unidos en un estadio asignado previamente).
Hubo que esperar más de diez años para que un equipo de la MLS llegara a la final nuevamente (el último había sido el Galaxy en el 2000, cuando le ganó a Olimpia de Honduras y obtuvo su primer y único título). En la temporada 2010/11, fue el Real Salt Lake el que accedió a la final y tuvo que enfrentar a Monterrey. El formato ahora era de partidos ida y vuelta y el conjunto mexicano vencería luego de un global de 3-2 (2-2 en México, 1-0 en Estados Unidos). El Monterrey, así, iniciaba un camino que lo llevaría a ganar tres títulos seguidos.
En la 2014/15 sería el turno del primer equipo canadiense (pero perteneciente a la MLS) en llegar a la final. Montreal Impact cayó ante América por un global de 5-3, luego de empatar 1-1 en México y caer 2-4 como local. Otra vez sucedía lo mismo: se lograba un gran resultado de visitante, pero a la hora de definir en su estadio, el equipo local no podía con la presión.
El que estuvo más cerca de romper la racha fue el otro equipo canadiense, Toronto FC. Enfrentó en 2018 a Chivas de Guadalajara y, luego de que cada equipo ganara 2-1 en su estadio, los penales le sonrieron a los mexicanos que, en su recinto, obtuvieron el título.
El último equipo de la MLS en llegar a la final fue Los Ángeles FC, que no pudo igualar a su vecino del Galaxy (el último equipo de la Liga en obtener el trofeo) y en la temporada 2020 cayó ante Tigres por 2-1 en el partido definitorio.
Hasta el momento, el crecimiento exponencial de la MLS no se puede ver en las competencias internacionales. La falta de experiencia y roce hace que los equipos mexicanos sigan teniendo ese plus de ventaja a la hora de enfrentar situaciones límite. Como pasó en la serie de cuartos entre New England Revolution y Pumas (el equipo de la MLS ganó la ida 3-0 como local, pero en la vuelta cayó por el mismo resultado y quedó afuera por penales).
En una temporada en la que la MLS está demostrando que su crecimiento recién comienza, la presente Concachampions en la oportunidad perfecta de poder romper con el molde actual. Sea quien sea el que avance a la final, tiene la chance de volver a poner a Estados Unidos en lo más alto del continente y demostrar que la MLS es cosa seria.