Max Verstappen triunfó de manera incontestable en el Gran Premio de Bélgica tras largar en la decimocuarta posición y llegar con una ventaja de varios segundos sobre su inmediato perseguidor. Así, no parece tener rival en la lucha por el Campeonato. Pero donde sí hay pelea es más abajo y entre dos viejos conocidos.
Fernando Alonso y Lewis Hamilton aprovecharon las sanciones de varios pilotos en la parrilla y largaron tercero y cuarto, respectivamente. Por lo tanto, protagonizaron una pelea en pista para escalar posiciones o, al menos, conservar ese lugar que le permita encaminar la carrera desde los primeros puestos. Pero tras varios intentos de sobrepaso y defensa, el Mercedes de Hamilton impactó con el Alpine de Alonso y el carro del británico se elevó varios centímetros en el aire.
Si bien Hamilton pudo mantenerse en pista unas curvas más, fue perdiendo rendimiento y desde su equipo le dijeron que parase el monoplaza y abandone la carrera. Alonso, que no sufrió daños mayores, pudo seguir y terminó la carrera en un destacado sexto lugar que se convirtió en un quinto puesto tras una sanción post carrera a Charles Leclerc. Pero si bien el español pudo seguir, no se mostró nada contento con lo sucedido y así se pudo escuchar en el radio del equipo.
“Qué idiota. Cerrar la puerta así por afuera. Tuvimos una mega salida pero este tipo solo sabe conducir cuando larga primero”, expresó Alonso por radio en el calor del momento. Fuertes palabras que se sumaron a que en la siguiente vuelta, Alonso pasó por el monoplaza detenido del británico y le hizo gestos de reproche.
Claramente, las palabras llegaron también al heptacampeón del mundo que tras llegar al paddock admitió públicamente su responsabilidad en la acción, pero también respondió a lo dicho por el de Alpine que sin lugar a dudas no le gustó nada..
“Definitivamente fue mi culpa hoy. Es desafortunado. Es una carrera de coches. Lo di todo para intentar adelantar por el exterior en la curva 5. No dejé suficiente espacio y pagué el precio por ello. Así que sí, no fue intencionado. Simplemente ocurrió. Sobre Alonso, es bueno saber lo que piensa de mí, pero ahora también la gente lo sabe. Me iba a disculpar hasta que escuché lo que dijo”, reconoció Hamilton a la prensa.
Ambos coincidieron en McLaren en 2007, en una de las temporadas más polémicas que se recuerden. Alonso llegaba a la escudería británica como vigente bicampeón mundial e iba a tener de compañero a un Hamilton debutante que llegaba a la escudería como el protegido que su status de niño pródigo le brindaba.
Tras una lucha constante entre ambos tanto dentro como fuera de pista, todo acabó mal. McLaren era el principal favorito a quedarse con ambos títulos. Tenía el mejor carro y la mejor dupla de pilotos. Pero errores groseros, más la acusación de espionaje a Ferrari, derivó en que el rendimiento cayera y sea, contra todo pronóstico, Kimi Raikkonen el que se llevara el título en el Gran Premio de Brasil. Hoy, parece que el tiempo retrocedió quince años.